sábado, 21 de septiembre de 2013

Bajtín y el lenguaje dialógico

Afirma Bajtín que...

(...) uno mismo es la persona menos indicada para percibir en sí mismo la totalidad individual...

Una cosa es ser activo en relación con una cosa muerta, un material sin voz que puede ser modelado y formado de cualquier manera, y otra cosa es ser activo con respecto a una conciencia ajena viva y equitativa.

La actividad dialógica constituye una actividad interrogante, provocadora, contestataria, complaciente, refutadora, etc., es decir, una actividad que no es menos activa que la actividad concluyente, cosificante, la que explica causalmente y mata, la que hace callar la voz ajena. Aquí el caracter dialógico del lenguaje es ahogado o disimulado por un uso de carácter autoritario y monológico. 

El diálogo nunca concluye la voz ajena por su cuenta, es decir, desde la otra conciencia, la suya. Es en el diálogo donde ese otro que me constituye con su palabra y su mirada, se reconoce tanto en las afinidades como en las fecundas disidencias.

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