martes, 2 de abril de 2013

La palabra, nuestra morada


El filósofo Martin Heidegger plantea que la palabra es la morada donde habita el ser de las personas y que son los pensantes y los poetas los vigilantes de esa morada, en tanto ellos en su decir, son los que hacen hablar a la palabra y la conservan en el habla. El pensar obra en cuanto piensa. El pensar se deja interrogar, se consuma en este dejarse. Para este filósofo el pensar y el amar se conjugan. El pensar “es”, y esto quiere decir lo mismo que se ha hecho. “Hacerse”, en su esencia -de una cosa o persona- significa amarla, quererla, y lo que uno“quiere”, es capaz de hacerlo. Este “amar” o sea este “capaz de” es la propia esencia de la capacidad, que no sólo puede realizar esto o aquello, sino que puede dejar que algo sea en su originalidad, esto es, que pueda dejar que sea.

 

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