martes, 2 de septiembre de 2014

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Emile Benveniste / Modos de significancia: semiótico y semántico

La lengua combina dos modos distintos de significación: el semiótico y el semántico. El semiótico describe le modo de significación que es propio del signo lingüístico y que lo constituye como unidad. La única cuestión que un signo suscita para ser reconocido es la de su existencia y ésta se decide por sí o por no: árbol existe, orbol no. Más allá de esto, se lo compara, para delimitarlo, ya sea a significantes parecidos (pala / pata), ya sea a significados cercanos (sable / fusil). Todo el estudio semiótico, en sentido estricto, consistirá en identificar las unidades, en describir las marcas distintivas y en descubrir criterios cada vez más sutiles de distintividad.

Con el modo semántico entramos en el modo específico de significancia que es engendrado por el discurso. Los problemas que se planean aquí corresponden a la función de la lengua como productora de mensajes.

Ahora bien, el mensaje no se reduce a una sucesión de unidades que se identifican separadamente; no es una suma de signos lo que produce el sentido, es por el contrario el sentido, concebido globalmente, el que se realiza y se divide en signos particulares que son las palabras.

En segundo lugar, lo semántico se hace cargo necesariamente del conjunto de los referentes, mientras que lo semiótico es, por principio, independiente de toda referencia. El orden semántico se identifica al mundo de la enunciación y al universo del discurso.

Que se trata de dos órdenes distintos de nociones y de dos universos conceptuales se puede demostrar también por la diferencia en el criterio de validez que requiera uno u otro. El signo debe ser reconocido, el discurso debe ser comprendido.

La lengua es así el único sistema cuya significancia se articula en dos dimensiones. Los otros sistemas tienen una significancia unidimensional: o semiótica (señales de tránsito) sin semántica; o semántica (expresiones artísticas) sin semiótica. El privilegio de la lengua es comprender a la vez la significancia de los signos y la significancia de la enunciación.

Adaptado de E. Benveniste: “Semiología de la lengua”, en Problemas de Lingüística General, II.

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