LOS SUBJETIVEMAS
Lo que nos interesa son los
usos individuales del código común y nuestra problemática es la siguiente:
cuando el sujeto de la enunciación debe verbalizar un referente determinado,
sea real o imaginario, debe seleccionar ciertas unidades tomándolas del
repertorio léxico y sintáctico que le propone el código, optando por dos tipos
de formulaciones:
a)
un discurso objetivo, donde intenta borrar toda huella del enunciador
individual. Desde nuestra perspectiva, "pretender la objetividad"
significa
"tratar de borrar toda
huella de la presencia en el enunciado del sujeto de la enunciación.
b)
un discurso subjetivo, en el que enunciador asume explícitamente su
opinión, como en los ejemplos:
-
“me parece horrible”, o bien se reconoce implícitamente como fuente
evaluativa de la información: “esto es horrible”;
-
en un manual de geografía destinado a los alumnos del curso elemental, el
capítulo referido a "Francia" no se titula así sino "Nuestra
dulce Francia". Esta fórmula está doblemente marcada subjetivamente, si se
la compara con "Francia", más "normal" en este contexto
enunciativo (discurso con pretensiones científicas):
1) por el uso del deíctico, que implica que es un
enunciador francés quien se dirige a los francesitos (señalando el contexto que
se trata de un "nuestra" inclusivo);
2) por la utilización del adjetivo
afectivo-axiológico "dulce", que enuncia un juicio de valor y un
compromiso emocional del hablante respecto del objeto denotado.
A diferencia de los
términos objetivos, cuya clase denotativa tiene contornos relativamente
estables, la de los términos subjetivos es un conjunto fluido: la pertenencia
de x a la clase de los profesores, de
los solteros, de los veteranos o aun de los objetos amarillos es admitida o
rechazada más unánimemente —y puede verificarse con mayor facilidad— que su
atribución a la clase de los imbéciles o de los objetos de arte.
Los rasgos semánticos de los elementos léxicos que
pueden considerarse subjetivos son:
-afectivos
-evaluativos.
Estos últimos se dividen en dos tipos:
a)
axiológicos, como el rasgo bueno/malo que afecta al objeto denotado;
b)
modalizadores, que atribuyen un rasgo del tipo verdadero/falso, también
en cierta forma axiológico, puesto que “verdadero” implica “bueno”.
Pueden considerarse los
elementos léxicos en sus clases tradicionales, para observar cómo se realizan
lingüísticamente estos rasgos.
- sustantivos
La mayor
parte de los sustantivos afectivos y evaluativos son derivados de verbos o de
adjetivos, por lo que los consideraremos en el análisis de este grupo, como
amor/amar o belleza/bello. Existen, sin embargo, un cierto número de
sustantivos no derivados que se pueden clasificar dentro de los axiológicos
como peyorativos (desvalorizadores)/elogiosos (valorizadores).
a)
el rasgo puede estar representado en un significante mediante un sufijo:
-acho: comunacho
-ete: vejete
-ucho: pueblucho
-azo: vinazo
b)
el rasgo axiológico está en el significado de la unidad léxica. No son
fijos, sino que dependen de varios factores: fuerza ilocutiva, tono, contexto,
entre otros. Por ejemplo:
“La casa de José es un tapera”
Tapera tiene
casi siempre el rasgo peyorativo, algo que no impide que alguien muestre su
casa y diga. “¿te gustó la tapera?”, donde el rasgo puede ser elogioso
mediante el uso de la ironía. Otros ejemplos de rasgo peyorativo: “Tu auto es
una cafetera”, “Mi jefe es un perro”, “Pedro es un pescado”.
Ejemplos de rasgo elogioso: “Eso es un hombre”, “Juan es un león”,
“Tenés flor de bulín”.
2. adjetivos
Se pueden dividir según los
siguientes rasgos:
a)
afectivos: además de una propiedad del objeto, enuncian una reacción
emocional del hablante respecto de él, como por ejemplo: “Fue una escena terrible” o “Es un pobre
hombre”
b)
evaluativos axiológicos: además de la referencia a la clase de objetos
al que se atribuye la propiedad, al sujeto de la enunciación y sus sistemas de
evaluación (ético y/o estético), aplican al objeto un juicio de valor, como por
ejemplo: “Se dirigió a mí un hombre ambicioso”
c)
evaluativos no axiológicos: implican una evaluación cualitativa o
cuantitativa del objeto, sin enunciar un juicio de valor ni un compromiso
afectivo del locutor. Su uso es relativo a la idea que tiene el hablante de la
norma devaluación para la categoría de objetos, como por ejemplo: “Esta casa es
grande” o “este camino es largo”.
adjetivos objetivos: “Juan
es soltero/casado”, “Este perro es macho/hembra”, “Este auto es verde”
(adjetivos de color)
adjetivos subjetivos
afectivos: “Dijo algo desgarrador”, “Francisco es alegre”, “Lo
que hizo fue patético”.
adjetivos subjetivos
axiológicos: “Me gustan las películas buenas/malas”, “Es una persona
linda/fea”, “Lo que hizo es incorrecto”
adjetivos subjetivos no
axiológicos: el uso de grande/pequeño, cercano/lejano, caliente/frío,
abundante/escaso, etc.
3.
verbos
Algunos verbos están
marcados subjetivamente de forma muy clara, por ejemplo “gustar”, “desear” o
“pretender”.
La evaluación puede
referirse el proceso denotado, al alocutario o al no-alocutario: “dejate de rebuznar”,
“Pedro chilló de lo lindo”.
-verbos de decir
Cuando el emisor no
prejuzga de la verdad/falsedad de los contenidos enunciados, se encuentran
verbos del decir: afirmar, declarar, comunicar: “Juan afirmó que Pedro
tenía razón”.
Cuando el emisor toma posición se encuentran verbos
del tipo pretender, confesar, reconocer, especular, etc.: “Juan confesó
que Pedro tenía razón”
-verbos de
juzgar
Cuando el emisor emplea la
estructura “Juan critica a Pedro por lo que hizo” está admitiendo como
verdadera la proposición “Pedro es responsable de haberlo hecho”.
Cuando el emisor emplea la estructura “Juan acusa
a Pedro por haberlo hecho” no se pronuncia sobre la verdad de esta imputación.
-verbos de opinión
Enuncian una actitud
intelectual del enunciador frente a lo que enuncia: “Me imagino que a
Pedro no le va a gustar”, “Supongo que ya lo debe saber”
4.
adverbios
Los más importantes de los adverbios son los
modalizadores. Se pueden clasificar de la siguiente manera:
a)
modalizadores de la enunciación o del enunciado
1. de la enunciación:
remiten a una actitud del hablante con respecto a su enunciado: “Francamente,
no sé si vendré mañana”
2. del enunciado: remiten a
un juicio sobre el sujeto del enunciado: “Posiblemente, Juan no lo
sepa”.
b)
modalizadores que implican un juicio
- de verdad: “Quizás pueda curarse pronto”, “Sin duda
esto terminará rápido”.
- sobre la realidad: “En efecto, Juan no vino ayer”, “De
hecho, estuve totalmente equivocado”.
Por último pueden mencionarse los adverbios
restrictivos y apreciativos:
“Apenas
me alcanzó para hacer la torta”, “Resultó casi perfecto”.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio