miércoles, 21 de septiembre de 2016

ODA A LA PRIMAVERA
Primavera temible, rosa loca,
llegarás, llegas imperceptible, apenas
un temblor de ala, un beso de niebla con jazmines,
el sombrero lo sabe, los caballos, el viento
trae una carta verde que los árboles leen
y comienzan las hojas a mirar con un ojo,
a ver de nuevo el mundo se convencen,
todo está preparado, el viejo sol supremo,
el agua que habla, todo, y entonces
salen todas las faldas del follaje,
la esmeraldina ,loca primavera,
luz desencadenada, yegua verde,
todo se multiplica , todo busca
palpando una materia que repita su forma,
el germen mueve pequeños pies sagrados,
el hombre ciñe el amor de su amada,
y la tierra se llena de frescura,
de pétalos que caen como harina,
la tierra brilla recién pintada
mostrando su fragancia en sus heridas,
los besos de los labios de claveles,
y la marea escarlata de la rosa.
¡Ya está bueno!
Ahora, primavera, dime para qué sirves
y a quién sirves.
¡Dime si el olvidado en su caverna
recibió tu visita,
si el abogado pobre en su oficina
vio florecer tus pétalos sobre la sucia alfombra,
si el minero de las minas de mi patria
no conoció más que la primavera negra
del carbón o el viento envenenado
del azufre!
¡Primavera, muchacha, te esperaba!
¡Toma esta escoba y barre el mundo!
Limpia con este trapo, las fronteras,
sopla los techos de los hombres,
escarba el oro acumulado y reparte
los bienes escondidos,
ayúdame cuando ya el hombre
esté libre de miseria, polvo, harapos,
deudas, llagas, dolores, cuando
con tus transformadoras manos de hada
y las manos del pueblo, cuando sobre la tierra
el fuego y el amor toque tus bailarines
pies de nácar,
cuando tu, primavera, entres
a todas las casas de los hombres,
te amaré sin pecado, desordenada dalia,
acacia loca, amada, contigo, con tu aroma,
con tu abundancia, sin remordimiento,
con tu desnuda nieve abrasadora,
con tus más desbocados manantiales,
sin descartar la dicha de otros hombres,
con la miel misteriosa de las abejas diurnas,
sin que los negros tengan que vivir apartados
de los blancos,
adelante, trabajaremos juntos
en la futura y pura fecundidad florida.
Pablo Neruda

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