martes, 26 de junio de 2012

Taller: mensaje del profesor Pablo Valle

El profesor va a concurrir para consultas y después entregará notas de taller, tal como estaba previsto.

Taller: mensaje de la profesora Gabriela Franco

La profesora me solicita que les avise que va a ir el miércoles, ya que estima que a las siete de la tarde el transporte va a estar más o menos normalizado, a lo sumo llegará un poco más tarde. También dice que en todo caso, si sucede que faltan muchos, luego coordinará para otro día o para la fecha del 10 de julio en la que nosotros nos encontraremos.

lunes, 18 de junio de 2012

Acerca del segundo parcial

El viernes llevaremos a cabo el segundo parcial, que a diferencia del primero, se dividirá en:
1) aspectos teóricos y
2) aspectos prácticos

Contenidos de 1

COMUNICACION
Kerbrat
Hall
ENUNCIACION
Kerbrat
Benveniste
Maingueneau
Arnoux
ARGUMENTACION
Ducrot
Barthes

Contenidos de 2

a) Análisis de un texto periodístico (carta de lectores o nota de opinión) desde ENUNCIACION: reconocimiento de marcas enunciativas (deícticos, subjetivemas, madalidades, polifonía) para caracterizar al sujeto de la enunciación, analizando los campos semánticos que despliega en torno al los objetos discursivos que aborda.
b) Análisis de un texto periodístico (editorial) desde ARGUMENTACION:
reconocimiento de la disposición (exordio-narración-confirmación-epílogo)

Puntajes máximos correspondientes

1) 6 puntos divididos en partes iguales según cantidad preguntas
2a) 2 1/2 puntos
2b) 1 1/2 puntos

domingo, 17 de junio de 2012

Para pensar ENUNCIACION (2)

UBUNTU 

Un antropólogo propuso un juego a los niños de una tribu africana. Puso una canasta llena de frutas cerca de un árbol y le dijo a los niños que aquel que llegara primero ganaría todas las frutas.
Cuando dio la señal para que corrieran, todos los niños se tomaron de las manos y corrieron juntos, después se sentaron juntos a disfrutar del premio.
Cuando él les preguntó por qué habían corrido así, si uno solo podía ganar todas las frutas, le respondieron: UBUNTU, ¿cómo uno de nosotros podría estar feliz si todos los demás están tristes?
UBUNTU, en la cultura Xhosa significa: "Yo soy porque nosotros somos."


(tomado de Cuentos de Luz)

sábado, 16 de junio de 2012

Para pensar POLIFONIA

Delicadeza o impudicia del texto. Estar abierto indefinidamente es frenesí textual, trama en perpetuo fluir de lenguaje: o bien no hay cierre, o bien no hay texto. El texto para ser hecho, para ser algo, debería tener una sola voz. Pero cada texto supone más de una voz: hay quien habla y hay quien escucha, y hay, reales o posibles, testigos de ese diálogo, cada uno con su voz, y cada voz, en número creciente e infinito, es necesaria para ulteriores sentidos.

Daniel Vera
Investigaciones estéticas

Para pensar ENUNCIACION

La lengua cherokee


La lengua cherokee distingue entre "tú y yo", "otra persona y yo", "algunas personas y yo" y "tú, una o más personas y yo". En castellano todas estas categorías se expresan mediante el pronombre "nosotros".

(tomado del blog de la prof. Gándara)

miércoles, 13 de junio de 2012

La Retórica Aristotélica

La retórica aborda temas opinables en lo que no existe consenso y por ello busca material discursivo que sea apto para persuadir y que resulte creíble o verosímil. El orador es quien tiene que emplear un discurso y persuadir a un auditorio, y es por ello que tiene que determinar qué dice pero además cómo lo dice, ya que el discurso se conforma de tres elementos: el que habla, aquello acerca de lo cual se habla (el tema) y de aquél a quién se dirige.
Definida como una técnica (tekné) o arte de la refutación y la confirmación, se presenta como una máquina constituida por una red de elementos que va fabricando una obra argumentativa: el discurso persuasivo. Actualmente se compone de tres operaciones discursivas: invención (inventio), disposición (dispositio) y elocución (elocutio).
La retórica constituye una práctica utilizada en los discursos o procesos judiciales, políticos y publicitarios, entre otros, que requiere de un plan o estructuración para construir el discurso argumentativo. Es por ello que existen tres géneros de discursos oratorios:
-el deliberativo (exhortación o disuasión) que se refiere a un tiempo futuro, es el orador que aconseja.
-el judicial (acusación o defensa) que se refiere a un tiempo pasado, es el que pleitea.
-el epidíctico o demostrativo (elogio o vituperio) que se refiere a un tiempo presente, el que alaba o critica los hechos actuales.
Respecto de los tipos de operaciones discursivas en la retórica, se ocupan de:
1)invención: el establecimiento de las pruebas o razones. La acción del orador de encontrar qué decir.
2)disposición: la ubicación de estas pruebas a lo largo del discurso de acuerdo con un orden.
3)elocución: la composición verbal de los argumentos, introducción de las figuras discursivas y modos adecuados y pertinentes del decir.

Atención: Errores en el texto de Barthes

- En el punto B.0.4, donde habla de Diderot y "la máquina de hacer medidas", lo correcto es "la máquina de hacer medias". Se trata de una referencia a la Enciclopedia (sobre ciencias, artes y oficios) escrita por Diderot (1713- 1784), donde el autor describe todo el proceso de fabricación de medias mediante una máquina (para la época era una novedad). En el texto de Barthes se compara a esta máquina con la técnica retórica: una especie de montaje para producir discursos persuasivos.
 
- En el punto B.1.2, donde dice "Conmover (fidem facere)" debe decir "Convencer (fidem facere)".
 
(tomado del blog de la prof. Gándara)

domingo, 10 de junio de 2012

Calendario académico: últimas dos fechas

- Luego del viernes del parcial, nos volveremos a encontrar una vez que estén las notas de taller, la nota del 2do. parcial y realizados los promedios y determinada la condición final de cada estudiante (libre, examen final o promoción sin examen). La fecha de ese encuentro se comunicará el día del 2do. parcial.
- El jueves 26/7 en nuestra sede de Montes de Oca, los profesores de todas las comisiones firmaremos libretas a las 11hs. tanto de los estudiantes que hayan rendido final en Ciudad Universitaria, como de aquellos que hayan promocionado la materia.

sábado, 9 de junio de 2012

Barthes: lo que hay que leer y estudiar

Recorrido de lectura

Roland Barthes
La aventura semiológica

La retórica antigua

Prontuario
Introducción y puntos 01 a 03

A. El viaje
A.4.1. La retórica aristotélica-Retórica y poética
A.4.2. La retórica de Aristóteles
A.4.3. lo verosímil

B. La red
B.0.4. La máquina retórica
B.5. Las cinco partes de la técnica retórica

B.1. La inventio
B.1.1. a B.1.3.
B.1.6., B.1.7., B.1.10., B.1.18., B.1.23., B.1.24. B.1.25

B.2. La dispositio
B.2.2., B.2.5. a B.2.7., B.2.10.

B.3 La elocutio
B.3.1., B.3.2.

Para pensar el fenómeno polifónico en el discursivo

El spanglish como práctica discursiva

Desde hace mucho tiempo viene sucediendo: ya los filósofos de la época de la decadencia del Imperio Romano, los "buenos" ciudadanos y literatos que vivían en la península itálica, se quejaban amargamente de la forma escandalosa en que las tribus bárbaras, las que habían sido incorporadas al imperio por la fuerza, corrompían el latín y le añadían palabras de sus propios dialectos (el imperio siempre llama dialecto a las lenguas que compiten con la suya y que son un obstáculo a su objetivo de borrar, de arrasar las culturas autóctonas de los pueblos vencidos). Allá por el segundo, tercero y cuarto siglos de nuestra era, estos gritos de angustia fueron cada vez más repetidos y, a la vez, cada vez importaron menos porque la sociedad del imperio romano terminó siendo mayoritariamente bárbara y minoritariamente romana pura.

Para cuando Atila recogió los despojos y tomó a la fuerza, la capital del mayor imperio del mundo antiguo, los hombres y mujeres que lo habitaban hablaban (con la excepción de los jurisconsultos, los monjes y la casta aristocrática) un latín “degradado”, o mejor dicho, distintos latines “deformados”, de tal forma que ya no eran la lengua oficial del imperio sino los cimientos de lo que más tarde serían el inglés, el francés, el alemán, el italiano y el castellano.

¿Cómo fue que los bárbaros triunfaron sobre los cultos ciudadanos romanos? Tal vez porque la lengua de uso es la lengua que pervive, el idioma que logra perdurar por una simple razón: su capacidad de adaptación a las necesidades de la comunidad donde se practica. En realidad, los idiomas son herramientas utilitarias colectivas. Y cuando decimos herramienta nos referimos a que una sociedad en su conjunto percibe a su lenguaje como un arma defensiva tanto como un juego en el que todos participan: quitándole y agregándole palabras, inventando nuevos vocablos, transformando las órdenes del opresor en signos propios, en jerigonza que define quién es quién.

El lenguaje, entonces, es otra clase de campo de batalla entre amos y esclavos, entre nativos y extranjeros, entre los que entienden el sentido de lo que decimos y los que se quedan sin saber lo que nosotros decimos de ellos en su cara. Y ese proceso sigue y sigue: el castellano de los españoles no fue el castellano de los indígenas que tuvieron que aprenderlo para sobrevivir en la Nueva España, ni el castellano mexicano del lado sur de la frontera es igual al spanglish que hablan los mexicoamericanos que viven y trabajan del lado norte. Cada una de estas clases de castellano es una rama distinta de un árbol por demás frondoso. Por eso constituye un error creer, como los viejos filósofos romanos, que hay una sola manera de hablar y escribir el latín "deformado" que llamamos castellano y no las numerosas formas de transfigurarlo en otras lenguas más adaptables a cada tribu sometida.

Un ejemplo de estas conformaciones linguísticas debidas al uso que ejercen los hablantes de su lengua lo constituye el spanglish: son muchísimas las personas que lo hablan y lo escriben y lo viven como parte de su "botiquín" de supervivencia cultural. Más allá de los pronunciamientos que denostan al spanglish, lo cierto es que se trata de una práctica linguística llegó para quedarse, que ya no se lo puede ignorar como hace apenas unas dos décadas todavía se acostumbraba hacer entre los intelectuales de México, para quienes toda frase o expresión en spanglish era un acto de traición a la patria, una forma de darle la espalda al castellano. Ahora se intenta acaparar al spanglish, abrazarlo como un hermanito menor (véase el paternalista prejuicio de clase) bajo la protección del castellano a la mexicana (que casi siempre equivale al español que se habla en la ciudad capital).

Un intento inútil a todas luces, porque el spanglish no necesitó permiso de nadie para hacerse y difundirse ni necesita ahora bendiciones de sus anteriores detractores. El spanglish es una ruta más hacia el futuro de dos lenguas nacidas desde el latín: el español y el inglés. Una herramienta práctica, excelente para nuestro tiempo de globalizaciones y fronteras cerradas, de internet y ghettos en auge. No serán las "autoridades linguísticas" las que dictaminarán su destino ni sus cambios a futuro. Eso lo deciden, como siempre ha sido, la gente que lo utilice y lo practique, la comunidad que lo entienda y lo talka ("hable" en spanglish).

Por eso la conciencia del lenguaje es imprescindible: saber por qué decimos lo que decimos y por qué lo decimos de una forma distinta a los demás. "Eres lo que escribes" no es un imperativo categórico: es una descripción de nosotros mismos en un mapa siempre cambiante, en evolución constante. Un mapa que se hace al andar por su geografía de palabras, de signos, de puentes que nos comuniquen, de ideas que podamos entre todos hacer nuestras. No es una orden sino una petición de principios: tratemos de entendernos con la lengua que somos entre todos y tratemos de aceptar que cada dialecto es una posibilidad de futuro, un atajo hacia otras comarcas por descubrir, por explorar, por vivir.

Adaptado por Oscar Amaya de http://escribesinfaltas.blogspot.com.ar/

La UBA y sus problemas... (II)

MASIVO ACTO CONTRA LAS CESANTÍAS

Cerca de 1000 docentes y estudiantes se hicieron presentes en el acto para impedir las cesantías masivas que intenta imponer el Rectorado de la Universidad de Buenos Aires. En el cierre, se anunció que la próxima acción será una jornada de clases públicas frente al Rectorado.

En el marco del paro nacional de la CTA, el viernes 8, cerca de 1000 docentes y estudiantes de la UBA colmaron el Auditorio de la Facultad de Ciencias Sociales para hacerse presente en el acto organizado por la Asociación Gremial Docente (AGD) de la UBA como parte de la campaña sindical para que el Rectorado y el Consejo Superior de la UBA desistan en su decisión de vulnerar el derecho a opción a permanecer en el cargo por cinco años más tras cumplir los 65 años. La UBA amenaza nuevamente con dejar a la calle ahora a partir del 31 de julio a más de 600 docentes e investigadores de la UBA. Estuvieron presentes y se recibieron las adhesiones de legisladores nacionales y provinciales, de organismos de derechos humanos, de la CTA Capital, de la FUBA, de representantes sindicales y de organizaciones sociales, políticas y sindicales.
Los oradores fueron docentes afectados por la medida: Eduardo Grüner, Rodolfo Hermida, Rubén Rojas Breu y Néstor Correa, y el Secretario General de AGD-UBA, Santiago Gándara, quien dijo este acto es la respuesta contundente de la docencia universitaria contra las cesantías que intenta imponer la UBA, la única universidad del país que desconoce la Ley 26.508, aprobada en 2009 por unanimidad en el Congreso de la Nación luego de una larga lucha nacional. Este masivo acto contra las cesantías anticipa lo por venir: vamos a derrotar el ataque del Rectorado contra los docentes. Y anunció que para lograr que la UBA cumpla con la ley vigente y respete el derecho conquistado por la docencia universitaria la próxima acción será una jornada de clases públicas frente al Rectorado.
Al finalizar el acto, subieron al escenario docentes amenazados por la cesantía que recibieron un aplauso emocionado de todos los presentes.
 

viernes, 8 de junio de 2012

Deícticos

jueves, 7 de junio de 2012

La UBA y sus problemas académico-políticos

Les transcribo la carta que el profesor Gruner de la Facultad de Ciencias Sociales nos hizo llegar a propósito del conflicto desatado hace varios meses respecto de las cesantías de profesores.
El viernes reservaremos un tiempo de la clase para volver a hacer referencia a esta preocupante problemática que afecta a nuestra Universidad.

CARTA PÚBLICA A (TODOS) LOS MIEMBROS DE LA UBA
Eduardo Grüner

Compañeros, colegas, amigos, conocidos, “público en general”:
El conflicto por los horriblemente llamados “jubilables” de la UBA podría estar alcanzando en las próximas semanas un punto culminante. Ya ha habido notas en los medios, programas de radio, circulan solicitadas y petitorios, hay miles de firmas en solidaridad con los afectados, y el 8 de junio se está preparando un gran acto bajo el formato de “clase magistral” a cargo de algunos / as afectados / as, deseablemente con presencia de los medios y de legisladores que votaron la Ley 26508 del año 2009, y que el rectorado desobedece con argumentos francamente deleznables.
Todo esto, sin embargo, con ser mucho, todavía no es suficiente. Ni siquiera todos los afectados, menos aún todos los miembros de la comunidad universitaria, no digamos ya la sociedad argentina en general –que es la que sostiene a la UBA con sus impuestos-, tiene una idea acabada de lo que se está jugando, de la ferocidad inaudita de esta embestida contra la mayor casa de educación superior del país (y probablemente del mundo: sí, del mundo , puesto que con nuestros 320 000 estudiantes ya somos más grandes que la UNAM, que tiene 14 veces más presupuesto que la UBA). La posible “liquidación”, por medio de una acción ilegal, de alrededor de 650 docentes de todas las categorías es una amenaza que de ninguna manera pierde su vigencia por el hecho de que sus designaciones hayan sido precariamente renovadas hasta el 31 de julio. Más bien al contrario, esta “renovación” se vuelve harto sospechosa justamente porque ha trascendido la promesa “extraoficial” de que luego se extenderá hasta el 31 de diciembre (y no al 31 de marzo, como es la costumbre académica): ¿por qué entonces no hacerla directamente hasta esa fecha (lo cual de todos modos sería improcedente, pues debería hacerse al menos por cinco años más)? ¿Se está especulando con un “retroceso” motivado en nuevas “esperanzas” que permita seguir con las acciones? En todo caso, es un método que bien puede calificarse de sembrador de terror: crea incertidumbre, nadie está seguro de si le va a tocar o no, etcétera. Y no son solamente los mayores de 65 años los que de pronto han sido sumidos en ese túnel de inseguridad: ya los que hoy tienen 63 o 64 tienen que ir poniendo “las barbas en remojo”.
Sea como sea, de lo que se trata es de un gigantesco ajuste, no solamente económico, sino integral. Ya sería suficientemente catastrófico que se lograra echar (porque eso es lo que es: un despido sin preaviso ni indemnización, disfrazado de “jubilación” forzada e –insistamos en esto- ilegal) a la “materia gris” más probada y de mayor experiencia de la Universidad, hombres y mujeres en plena actividad productiva en los campos de la enseñanza, la investigación, la extensión y la transferencia de saberes de todo tipo, la publicación de libros y artículos, y a la cual se la maltrata y humilla de la manera más desconsiderada haciéndole saber vía Banelco que no existe más para la Universidad, después de haber servido lealmente a la UBA durante décadas, y sin considerar la situación particular de tantos de ellos / as que por la propia historia del país de la cual fueron víctimas (exilio, imposibilidad de trabajar durante la dictadura) no ha podido sumar los años de aporte necesarios para recibir una jubilación digna, o que aún sumándolos, y creyéndose “amparados” por una Ley (votada por unanimidad del Congreso de la Nación en 2009), no ha iniciado sus trámites de jubilación, con lo cual de un día para el otro y sorpresivamente se los deja en la calle en el más pleno desamparo –situación doblemente grave en las facultades “no profesionalistas” donde la mayoría de los afectados vive exclusivamente de la docencia-. Hasta la peor de las empresas privadas está legalmente obligada a dar un mes de preaviso y la indemnización correspondiente al empleado que despide. La UBA, evidentemente, no.
Pero aún al margen de tales consideraciones “humanitarias”, esta política intempestiva atenta de manera brutal contra la normalidad del trabajo académico en general. Significa el desmantelamiento de cátedras enteras, de equipos de investigación, de colectivos de producción científica e intelectual en todos los campos del conocimiento. Vale decir: no se trata tan sólo de los directamente golpeados, lo que ya sería suficientemente grave. Es toda la comunidad universitaria (docentes y estudiantes), es toda la práctica vinculada a la creación de saber la que sufrirá un empobrecimiento desastroso.
Pero este es sólo un aspecto. Este “ajuste” viene a sumarse a los tantos otros “ajustes” permanentes con los que tenemos que convivir, y que en cierto modo hemos “naturalizado”: por ejemplo, la existencia de algo así como un 30% de docentes de la UBA llamados ad honorem, que sostienen las “trincheras” de la enseñanza, y a los que se les hace el “honor” de permitirles trabajar sin cobrar un centavo (o sea, poniendo plata de su bolsillo para trasladarse, comprar libros y materiales y demás), en lo que significa de hecho un sistema de trabajo cuasi-esclavo; o la existencia, entre los que sí cobran un magro salario, de algo así como un 70% de docentes “interinos”, no-concursados, vale decir “inestabilizados” por la desidia, el atraso o el desinterés (desinterés bien interesado, en muchos casos) en el llamado y sustanciación de los concursos (vale la pena recordar que uno de los argumentos contra los “jubilables” que sí están concursados es que sus concursos están vencidos, como si su no renovación fuera culpa de las víctimas).
Es decir: bastan estos datos rápidos para advertir que la UBA es hoy la institución estatal con el índice más alto de precariedad laboral en todos los sentidos. Algo que debería ser absolutamente intolerable que ocurriera en cualquier lado –sobre todo en épocas en que tanto se nos señala la “recuperación de derechos”-, y con mucha más razón para una institución consagrada a la formación científica, intelectual y cultural de miles y miles de jóvenes que constituyen, también se nos dice, el denominado “futuro de la nación”.
Sin embargo –seamos sinceros con nosotros mismos- en general lo estuvimos tolerando. Aunque tenemos nuestras agrupaciones gremiales, nuestros sindicatos y nuestros ámbitos de reunión colectiva, la propia dispersión de nuestra presencia física en las facultades (que en sí misma es una consecuencia del “ajuste permanente”, ya que nuestros edificios no cuentan con los espacios adecuados, en muchos casos ni siquiera los espacios adecuados para trabajar), sumado a que estamos obligados a correr de un lado a otro para juntar de manera dislocada el dinero para llegar a fin de mes, y a cierto “individualismo competitivo” característico de la naturaleza de nuestro trabajo –muchas veces solitario- ha provocado esa “naturalización” del desastre que estamos describiendo.
Pero estamos llegando, al mismo tiempo, al límite de lo soportable. Entendámonos, por favor: se trata de la UBA, un lugar al que muchos amamos sinceramente y le hemos dedicado una buena parte de nuestras vidas. La docencia no es un trabajo de oficina, burocrático, rutinario, donde marcamos el reloj a la entrada y la salida, y de puro tedio nos escapamos a tomar un cafecito cuando el jefe no mira. La docencia es para el docente (primario, secundario o universitario) su existencia misma. Lo que le pase a la UBA nos pasa a nosotros mismos, en nuestras cabezas y en nuestros cuerpos.
Entonces, ¿nuestras cabezas y nuestros cuerpos van a seguir fingiendo que todo esto es “normal”, que quizá tiene sus problemitas y sus molestias, pero nada que no suceda en cualquier trabajo? No, no podemos. Nuestra dignidad humana y la dignidad de la UBA como institución están en la picota.
La cuestión es, por otra parte, profundamente política, en el más alto y noble sentido de la palabra. Es hora, en la UBA y en todas partes, de devolverle a esa palabra toda su altura y su nobleza. De no permitir que se la bastardee para los intereses mezquinos de camarillas semiocultas e irresponsables, que producen estos verdaderos atentados, incluso contra el propio lenguaje. Por ejemplo, al invocar nada menos que la “autonomía” (esa gran conquista de la Reforma de 1918) para producir este “ajuste” salvaje contra las propias condiciones mínimas de trabajo en la institución para cuyo trabajo fue conquistada esa autonomía. Es, esa invocación, una obscenidad perversa.
La sociedad para la cual trabajamos, la que paga nuestros salarios, no se merece este tipo de afrentas. Es ya en este primer sentido que decimos que la cuestión es profundamente política: en el sentido de que la polis, la comunidad de los ciudadanos, es aquella ante la que debemos rendir cuentas, y es la que en su conjunto debe tomar riendas en el asunto. Pero para que eso sea posible, debemos empezar por informarla y convocarla.
Hay también otros sentidos más precisos y “concretos” en los que esta es una cuestión política. Otro de los argumentos “perversos” que se nos da es que los docentes “mayores” deberían dejar el lugar a los más jóvenes que vienen “empujando”. O sea, encima de perjudicarlos abusivamente desconociendo el derecho que les otorga una Ley nacional que contempla la opción por cinco (cinco, no veinte) años más, se los acusa de “taponar” el ascenso de los jóvenes, así como de estar “reteniendo” salarios que podrían usarse para rentar a una parte de los ad honorem. El viejo truco de dividir para reinar. Pero –aparte de expresar una ideología canallescamente neoliberal basada en una competencia “generacional” por el acceso a los recursos escasos- este argumento mezquinamente “administrativista” no resiste el menor análisis de política académica racional: con la mayoría de las cátedras sobresaturadas de estudiantes y subdotadas en términos de recursos humanos (pocos auxiliares sobreexplotados trabajando en la precariedad que ya vimos), lo racional sería desdoblarlas, crear nuevas cátedras para las mismas materias, sustanciar concursos, así “haciendo lugar” para los docentes jóvenes, y al mismo tiempo respetando los derechos de los actualmente al frente de esas cátedras.
Por supuesto, ello implicaría la decisión política de pugnar por un sustantivo incremento de presupuesto para la UBA (cuyos recursos están atrasadísimos no solamente en términos salariales, sino infraestructurales, edilicios, etcétera), y esto es lo que la actual conducción de la UBA no está dispuesta a hacer, sustituyendo esa política justa por una verdadera “guerra del cerdo” contra los docentes “mayores”.
¿Por qué no está dispuesta a hacerlo (como tantas otras cosas que harían falta)? Esta es una segunda dimensión de política “precisa y concreta”. La conducción de la UBA es hoy una estrecha entente entre sectores cercanos al gobierno nacional, sectores de la UCR y sectores vinculados al PRO. Los que en el plano de la política nacional aparecen como adversarios irreconciliables conforman al interior de la UBA una bien coordinada SRL (Sociedad de Responsabilidad Limitadísima) cuya función principal, más allá de los posicionamientos políticos individuales, parece ser la de garantizar la autoreproducción in aeternum de ese círculo de poder, de una suerte de “oligocracia” superestructural ajena a la vida cotidiana, material y concreta de las “bases” (docentes, estudiantes, no-docentes) que sostienen el trabajo universitario día a día, hora tras hora.
Discutir a fondo cuestiones como la presupuestaria significaría, para este grupo, entrar en estado de potencial conflicto con el gobierno y los partidos o grupos políticos que los sostienen. Eso –que además implicaría una movilización masiva del conjunto de la comunidad universitaria en apoyo a los reclamos- no pueden permitírselo: pondría en riesgo aquella autoreproducción permanente y su aferramiento al poder. No es verdad que en la UBA haya hoy “democracia”. En los hechos es una ínfima minoría la que está en posición de tomar las decisiones importantes, ya que por ejemplo –en otra vuelta de esta espiral hecha de círculos viciosos- la inmensa mayoría constituida por los docentes “interinos” no tiene derecho a formar parte de los consejos directivos de las facultades sino a través de la muy discutible ficción de los “graduados”. Ni hablemos de un sistema de representación “indirecta” que permite un férreo control de los padrones electorales (y esa es una razón nada menor del “cajoneo” de los concursos, sean puros o de renovación), de tal modo que hace ya décadas que se llega a las Asambleas universitarias sin las potenciales sorpresas proporcionadas por un auténtico debate plural, sino con todo bien “atadito” por los cabildeos desarrollados entre unos pocos en los pasillos y las oficinas oscuras.
Hace ya mucho tiempo que se requiere imperiosamente de una transformación profunda de los estatutos de la UBA, y muy particularmente de sus formas de gobierno, una transformación orientada a otorgar una auténtica ciudadanía universal a todos sus miembros, incluso poniendo en discusión muchas características del sistema de “claustros”. Para decirlo sucintamente: en la UBA ya resulta indispensable una gran segunda Reforma Universitaria, que la ponga “al día” con la “democracia radical”. Desde ya: para hacer esto –para hacer algo que no significa ninguna extrema “revolución maximalista”, sino sencillamente poner a la UBA “dentro de la ley”, como cuando se le pide que simplemente acate la Ley 26509- va a haber que pelear; el anquilosamiento en el poder de la SRL es pétreo, y no va a ser fácil sacudirlo.
Finalmente, y ampliando el círculo, hay una responsabilidad política del Estado nacional que no puede ser soslayada. La autonomía de las universidades nacionales lo es por supuesto respecto del gobierno, de los partidos políticos, de las empresas y corporaciones privadas y demás. No puede serlo de ninguna manera respecto de la sociedad que la sostiene y para la cual, como ya hemos dicho, la Universidad trabaja. Por otra parte, la UBA no es económicamente autónoma: siendo estatal y gratuita –y esta es una condición que debe ser mantenida y defendida a rajatablas- depende financieramente del Estado nacional. Es también a él, y no solamente al gobierno de la UBA, al que hay que exigirle que se haga cargo racionalmente de su mantenimiento, su crecimiento y su adecuado funcionamiento. Así como es el Estado nacional el que debe garantizar –a través de los mecanismos judiciales y/o parlamentarios que correspondan- que una institución estatal como la UBA acate las leyes del Congreso y el Estado, como en el caso de la 26509. No se puede permitir que nada menos que la Universidad más grande de la Argentina (y probablemente del mundo, como decíamos) esté lisa y llanamente fuera de la ley.
Habría muchísimo más que discutir, incluso desde una perspectiva “filosófica” muy amplia. ¿Qué significa en la sociedad actual haber alcanzado la eufemísticamente llamada “tercera edad”? Por poner un ejemplo grosero, ¿significa lo mismo, digamos, para un trabajador minero o un peón rural sometido a intenso desgaste físico, que para un docente universitario o un intelectual en general, que en condiciones normales a esa edad conserva y aún puede acrecentar los recursos de su trabajo mental? El hecho de que el sistema capitalista global esté estructurado sobre una rígida e irracional división entre el trabajo “manual” y el “intelectual” –algo que además en las últimas décadas ha cambiado sustancialmente, por lo menos en las ramas más tecnificadas de la economía- ¿significa entonces que no debemos tomar en cuenta los efectos de esa diferencia, cuando al mismo tiempo nada hacemos para transformar de raíz ese sistema?
También podríamos discutir qué significa hoy producir intelectualmente dentro de una institución como la UBA. Desde luego, no es siempre imprescindible ser un universitario diplomado, o ser profesor universitario, para tener una producción intelectual crítica e interesante. Maquiavelo, Spinoza, Marx, Freud, jamás dieron clase en una universidad. A Walter Benjamin le fue rechazada su tesis de habilitación (que se transformaría en ese extraordinario libro titulado El Origen del Drama Barroco Alemán) para la Universidad de Berlín. Entre nosotros, Jorge Luis Borges no alcanzó nunca el título universitario. Ahora bien: ¿pueden esos casos excepcionales ser tomados como ejemplos para negar que gran parte del mejor trabajo intelectual es desarrollado por quienes son también docentes universitarios, y lo es hasta mucho después de los famosos 65 años (en algún otro lado hemos citado casos canónicos como los de Claude Lévi-Strauss o Hans-Georg Gadamer, fallecidos respectivamente a los 101 y 104 años en pleno ejercicio de la docencia y la escritura; en la propia UBA podemos citar ejemplos recientes como los de David Viñas o León Rozitchner, ambos fallecidos a los casi 90 años en plena actividad)? Y que no se nos diga que los profesores “mayores” de la UBA pueden ser contratados o declarados consultos. En primer lugar, eso no soluciona el problema de los docentes mal llamados “auxiliares”, que hace años y años que esperan sus concursos cuando han alcanzado su edad “provecta”. En segundo lugar, aún los profesores (titulares, asociados o adjuntos) son contratados o consultos con una renta paupérrima que en la mayoría de los casos se reduce a una dedicación “simple” sin consideración de la antigüedad. Es decir: volvemos al debate presupuestario y todas sus ramificaciones políticas que ya hemos enumerado.
Y de todas maneras, para volver a la pregunta: ¿qué significa realmente nuestro trabajo intelectual en la UBA? No es un secreto que el mismo está cada vez más constreñido por un sistema crecientemente “productivista”, tecnocrático y burocrático (“kafkiano” en el sentido vulgarizado del concepto) bajo el cual se termina “premiando” (es una manera de decir) con becas, subsidios e “incentivos” –otro eufemismo perverso para hablar de compensaciones “en negro” a los salarios insuficientes- se termina “premiando”, decíamos, la repetición o el reciclaje anodino y rutinario de siempre los mismos papers para congresos inconducentes o revistas “indexadas”, los resultados de enjundiosas investigaciones Ubacyt son sepultados en algún archivo mohoso al que nadie jamás tendrá acceso, mientras muchos que escriben voluminosos e importantísimos libros no reciben el más misérrimo “puntaje” con el cual engrosar su curriculum vitae .
En fin, ¿para qué abundar? Por donde le busquemos la vuelta, la conclusión es siempre, dramáticamente, la misma: la UBA está en franca crisis. Así, no da para más, y sólo puede retroceder hacia un tobogán de patética decadencia. Hemos llegado al punto en que se nos obliga a decir –con un lenguaje anacrónicamente reminiscente de la filosofía de las Luces del siglo XVIII- que este embate contra los “jubilables” es el síntoma de una política de barbarie, oscurantismo y sinrazón. No obstante, la UBA sigue siendo –casi exclusivamente por el trabajo apasionado y “a pulmón”, en las peores condiciones, de aquellos docentes, estudiantes y no-docentes que la siguen amando pese a todo- una de las dos o tres universidades más prestigiosas de América Latina. Es nuestra tarea defenderla, allí donde sus desautorizadas autoridades no lo están haciendo (y al contrario, consciente o inconscientemente están contribuyendo a su catástrofe).
Afortunadamente, la comunidad universitaria ha demostrado tener aún capacidad de reacción. El escándalo de los “jubilables” ha operado como el emergente de un malestar estructural que parece estar encontrando en ese pre-texto (en el mejor y estricto sentido del término) una vía para volver a poner en el tapete las cuestiones profundas de su malfuncionamiento. Más allá de que puedan “solucionarse” (ni siquiera sabemos bien qué querría decir esto) los injustos casos particulares, el actual “encrespamiento” de las aguas debería servir para ahondar en el debate de una buena vez, para “patear el tablero” en la más saludable de las acepciones de esa expresión.
La acción más inmediata que podemos realizar es la de aportar de todas las formas que se nos ocurra para hacer que el acto político-académico del 8 de junio sea, como dijimos, un acontecimiento multitudinario y radicalmente democrático de denuncia y reflexión crítica. Distribuyamos esta convocatoria entre todos nuestros amigos, colegas, conocidos, familiares, contactos personales, políticos, mediáticos o lo que fuere, tanto dentro como afuera de la UBA e incluso de los ámbitos educativos, ya que, repetimos, este debería ser un tema de interés general y urgente para toda la sociedad nacional y, si fuera posible, internacional. Pero además, el acto del 8 de junio debería ser tan solo un punto de partida. Si queremos aunque sea orientar el proceso hacia los problemas de fondo, deberemos seguir bregando más allá de él y continuadamente por los medios más intelectual y políticamente rigurosos y consecuentes, pero también los más creativos y plurales. ¿Conocemos artistas, escritores, grupos de teatro, cineastas, poetas, científicos, periodistas, músicos, diseñadores, bailarines, “graffiteros”, lo que sea? Activémoslos. Convoquémoslos a que, haciendo lo que mejor saben hacer, “inventen” modos múltiples de hacer llegar esta problemática y este debate al espacio público, por supuesto los universitarios, pero también las calles, las plazas, los medios de transporte, los lugares de trabajo y reunión. Transformemos el debate sobre la UBA en una gran movilización de las más creativas energías sociales. Desde ya, hay infinidad de otras situaciones sociales, políticas y culturales que pueden ser tanto o más importantes que la crisis de la UBA. Pero ahora es esto lo que tenemos entre manos. Y es una causa más que justa, que seguramente sensibiliza a una sociedad que fácilmente y por excelentes razones puede sentirla como suya. No desperdiciemos la oportunidad de una discusión importante, bajo la consigna más general pero también más estricta posible: No a la destrucción de la UBA.

martes, 5 de junio de 2012

POLIFONIA enunciados referidos, interferencias léxicas

Las marcas polifonicas

Desde el punto de vista de la enunciación, el sujeto de la enunciación no solo produce su discurso, sino que además incorpora las voces de otros enunciadores.

El concepto de polifonía supone interacción de voces dentro de una secuencia discursiva, la situación de diálogo de toda producción verbal, la orientación hacia el otro, que aparece con mayor o menor grado de explicitación en el texto.
La polifonía se produce a partir de diferentes recursos de los cuales solo se describiran los más relevantes para esta primera indagación en la materia. Uno de los mencionados recursos es la ruptura de la isotopía estilística, es decir, la pertenencia de un discurso o lengua a un determinado lecto, estilo o género se quiebra por la irrupción de fragmentos que remiten a variedades distintas. Este procedimiento genera efectos de sentido diversos, los cuales dependerán del funcionamiento global del texto. Pero siempre el contraste patentizará a partir del juego connotativo, la aprehensión ideológica de una u otra variedad.
Otro recurso polifónico es la transtextualidad, que se define como todo aquello que relaciona, manifiestamente o no, a un texto con otro. Se reconocen varios tipos, entre los cuales aquí interesa presentar, por un lado, la intertextualidad, la cual se entiende como relación de co-presencia entre dos o más textos. Sus formas más comunes son la cita, el plagio y la alusión. Se entiende por plagio un préstamo no declarado, pero literal, y por alusión, cuando para comprender plenamente un enunciado, se necesita de la identificación de la relación con el otro. Y por el otro, es importante también la hipertextualidad, es decir, la relación de un texto con otro anterior, del cual deriva por transformación o por imitación. La imitación es una transformación compleja e indirecta, que exige la constitución previa de un modelo de competencia genérica, capaz de engendrar un número indefinido de realizaciones miméticas. La imitación requiere de un dominio, al menos, parcial de lo que se desea imitar.

domingo, 3 de junio de 2012

para pensar desde Hall

sábado, 2 de junio de 2012

Calendario académico

-el examen único de taller es 13 y 14 de junio,

-el 2° parcial es en la semana del 18/6, el viernes 22/6,

-los recuperatorios por ausencia justificada (primer o segundo parcial) con certificado médico son el lunes 25/6 a las 9hs o a las 18hs.,

-el fin del cuatrimestre es el 29/6,
 
-el examen final, en Ciudad, Universitaria Pabellón III subsuelo, es el sábado 21/7 a las 9hs

viernes, 1 de junio de 2012

clase de hoy 1ero de junio SUSPENDIDA

Lamentablemente debo ausentarme de Capital Federal en el día de la fecha, razón por la cual hoy viernes no tendremos clases.
Nos volveremos a encontrar el martes oróximo para retomar el trabajo con el tema de ENUNCIACION: Kerbrat-Orecchioni del módulo 2 (deícticos) y del cuadernillo (subjetivemas).