jueves, 29 de septiembre de 2011

TEORIA DE LA ENUNCIACION

Las huellas lingüísticas de la enunciación en el enunciado.

La problemática de la enunciación se aboca a la búsqueda de los procedimientos lingüísticos con los cuales el locutor imprime su marca al enunciado, cómo se inscribe en él, implícita o explícitamente, y se sitúa en relación a su enunciado.
Estas marcas o huellas son, por una parte frases, palabras, o entonaciones particulares (entre otros indicios) que permiten analizar en un enunciado cómo el locutor selecciona, destaca, u omite entidades de la situación comunicativa, denominadas DEÍCTICOS. Por otra parte, también son marcas para ser interpretadas las valoraciones que el locutor hace del mundo, denominadas SUBJETIVEMAS, o también las valoraciones que destine a su propio discurso, afirmaciones, dudas, certidumbres, etc, designadas como MODALIDADES.

Un deíctico es una frase o una palabra, capaz de indicar la situación de enunciación de un hablante. Son ejemplos de deícticos algunos pronombres personales, demostrativos, adverbios, verbos, etc.

Los subjetivemas se expresan a través de ciertas frases y palabras, manifestando la valoración que el hablante realiza durante su enunciación, respecto de ciertos hechos u objetos del mundo, evaluación que puede ser positiva o negativa. Es así que cuando el sujeto de la enunciación debe verbalizar un referente determinado, al seleccionar las unidades léxicas que le posibilita el lenguaje, se enfrenta a dos opciones: o bien producir un discurso objetivo o bien un discurso subjetivo, en el que se asume explícita o implícitamente como fuente evaluativa de la información.
A partir de los rasgos semánticos, afectivo y evaluativo, de los elementos léxicos, se elabora una clasificación de subjetivemas: sustantivos peyorativos y elogiosos; adjetivos evaluativos y afectivos; adverbios modalizadores; verbos. En cuanto a los verbos, su análisis implica distinguir: ¿quién efectúa el juicio evaluativo?; ¿qué es lo que se evalúa?

En cuanto a las modalidades, éstas se encuentran estrechamente relacionadas con las estrategias enunciativas que provocan efectos de sentido. Se pueden distinguir tres grandes clases: modalidades de la enunciación, del enunciado y del mensaje. Las modalidades de la enunciación corresponden a una relación interpersonal, social y exigen una relación entre los protagonistas de la comunicación. Cada enunciado puede recibir solo una modalidad de la enunciación: interrogativa, declarativa, imperativa o exclamativa. Las modalidades del enunciado caracterizan la manera en que el hablante sitúa su enunciado en relación con la verdad, la falsedad, la probabilidad, la certidumbre, la verosimilitud o en relación con juicios apreciativos: lo feliz, lo triste, lo útil, etc. Las primeras se denominan lógicas y las segundas apreciativas. Por último, las modalidades del mensaje tienen que ver con un valor modalizador de ciertas transformaciones sintácticas, como por ejemplo la transformación de un enunciado en voz pasiva o la relación tema-rema.

clases de consulta


El miércoles 27 de septiembre y el miércoles 5 de octubre no habrá clase de consulta con la profesora Ana Perez del Cerro en el horario de 11 a 13 hs. En lugar de esos días habrá horario de consulta el viernes 30/9 de 15.30 a 17.30 hs y el viernes 7/10 de 17 a 21 hs.

domingo, 25 de septiembre de 2011

ENUNCIACION

 
La producción lingüística puede considerarse como un acto en cuyo transcurso las frases se actualizan asumidas por un locutor particular, en circunstancias espaciales y temporales precisas. No se entiende por enunciación el fenómeno físico de la emisión o la recepción del habla sino a los elementos que pertenecen al código de la lengua y cuyo sentido, sin embargo, depende de factores que varían de una enunciación a otra, por ejemplo el uso de las palabras "yo", "usted", "aquí", "ahora", etc. Lo que la lingüística retiene es la huella del proceso de enunciación en el enunciado. "Yo" designa a la persona que habla en este momento, en este lugar.
Los primeros elementos constitutivos de un proceso de enunciación son: el locutor, el que enuncia; y el alocutario, aquel a quien se dirige el enunciado. Ambos se denominan indiferentemente interlocutores. A partir de aquí se puede concebir a la organización de las formas lingüísticas indiciales de dos maneras, según se tomen como base categorías gramaticales (como los pronombres personales, demostrativos, tiempos verbales) o semánticas (como las indicaciones de tiempo y lugar o las modalidades).
La enunciación siempre está presente de una manera u otra en el interior de un enunciado; las diferentes formas de esta presencia, así como los grados de su intensidad, permiten crear una tipología de los discursos como el de un discurso centrado en el locutor (autobiografía, relato de un paciente) a un discurso organizado en torno al alocutario (publicidad, política).

(adaptado de Ducrot y Todorov “Diccionario enciclopédico de las ciencias del lenguaje”)

Noticia

El miércoles 27 de septiembre y el miércoles 5 de octubre no habrá clase de consulta con la profesora Ana Perez del Cerro en el horario de 11 a 13 hs. En lugar de esos días habrá horario de consulta el viernes 30/9 de 15.30 a 17.30 hs y el viernes 7/10 de 17 a 19 hs.

sábado, 24 de septiembre de 2011

Reformulación del modelo de Jakobson


Sobre este modelo la lingüista francesa Catherine Kerbrat-Orecchioni ha realizado una reformulación con el propósito de interpretar la complejidad del hecho comunicativo. Esta reformulación no se relaciona específicamente con las funciones del lenguaje en la comunicación, sino con los factores del circuito, produciendo una nueva perspectiva para comprender cómo se construyen y se interpretan las comunicaciones verbales presenciales y no presenciales, las comunicaciones escritas y las sostenidas por soportes eléctricos y electrónicos.
Para ello analiza críticamente la noción de código que plantea el lingüista ruso. Según ella, es inexacto que los dos participantes de la comunicación, aun si pertenecen a la misma comunidad lingüística, hablen exactamente la misma lengua, y que sus competencias se identifiquen con el castellano de todo locutor o alocutario. Con esto quiere significar que la comunicación no se funda sobre un código único compartido por ambos participantes de la comunicación, sino que cada participante posee su propio idiolecto, que puede ser o no compatible con otro. De este concepto se derivan: cronolecto, la lengua utilizada por las diferentes edades: infantes, adolescentes, y adultos. Sociolecto, que depende del grado de escolaridad. Dialecto, que se relaciona con las diferentes lenguas regionales: castellano rioplatense urbano porteño, castellano rioplatense urbano cordobés, o castellano rioplatense rural, son algunos de los ejemplos. Kerbrat plantea que el código no es absolutamente externo al sujeto, sino que éste lo construye a partir de todas sus competencias, es decir del conjunto de todas sus posibilidades lingüisticas, para codificar y decodificar mensajes. Esto significa que el individuo va adquiriendo la lengua, a medida que va aprendiendo nuevos conceptos, y ampliando así, su repertorio lingüístico.
También resulta necesario entender el concepto de “competencias”, que poseen tanto el emisor como el receptor: aquellos saberes y conocimientos en relación al instrumento comunicativo, a diversos temas y objetos de discurso. Es decir, son diferencias que existen entre los participantes de una comunicación respecto de la adquisición de bienes simbólicos y culturales. Las dificultades y facilidades ante distintas circunstancias se deben a las competencias que se poseen de modo suficiente, fragmentario o nulo. La adquisición de competencias por parte de los hablantes es permanente y se lleva a cabo de
diferentes modos, y tienen que ver con:

-hábitos y comportamientos,
-experiencias propias y ajenas,
-relaciones sociales, grupales, etc.

Por ejemplo: el código de la lengua es potencialmente común a todos los hablantes, pero algunos lo utilizan más adecuadamente que otros, según la situación en que se encuentren y por las que hayan atravesado, ya que el lenguaje se aprende en situación, es decir, bajo condicionamientos o restricciones que impone la misma práctica. Esto significa que no todos los sujetos poseen el mismo conocimiento de la lengua ni la misma experiencia, ni tampoco la utilizan de la misma manera, ni hablan o interpretan del mismo modo. Es decir, algunos poseen mayor o menor conocimiento que otros para la codificación y la decodificación de los mensajes.

Componentes del nuevo esquema

-Las competencias lingüísticas son los conocimientos de la gramática de la lengua, es decir, sobre la correcta formación de enunciados de la lengua. La competencia comunicativa incluye a la anterior y la pone en circulación junto con otros saberes o conocimientos de una misma comunidad linguística.
-Competencias no linguísticas en la comunicación, es decir, las paralinguísticas: el lenguaje que no utiliza solamente palabras sino gestos, miradas, mímica, etc., que inciden en la codificación de los mensajes.
-Competencias cultural e ideológica. La primera reúne los conocimientos que se poseen en relación con el mundo, es decir, las facilidades o dificultades para interpretar el universo simbólico. En la competencia ideológica, además del universo simbólico, se llevan a cabo una serie de procedimientos que permiten la interpretación y la evaluación de dichos objetos: al conjunto de actitudes interpretativas y evaluativas.
-Determinaciones “psi”. Las competencias anteriores están atravesadas por un conjunto de determinaciones individuales de las que tampoco el hablante es completamente conciente, y que pueden alterar en diferentes sentidos los mensajes y la interacción comunicativa. Se trata de las determinaciones “psi”: componentes psicológicos, psicoanalíticos y/o psiquiátricos. No es una competencia que el participante adquiere, sino una determinación a la que se está sujeto.
-Restricciones del universo del discurso. Para comprender el modelo con las competencias es necesario referirse a las restricciones del universo del discurso, que operan como filtros en el discurso, en el sentido de que limitan lo que puede y debe ser dicho según la situación de inscripción de los enunciados. Es posible hablar de restricciones de género discursivo (Bajtín), es decir de tema, estilo, léxico o de tipologías discursivas; que actúan como filtros. En términos generales, los tipos de textos son componentes del género y del discurso, como la conversación o la argumentación. El relato por ejemplo, pertenece a la novela y a la crónica periodística; se trata de una dimensión textual o lingüística relacionada con la competencia lingüística.
Los tipos de discurso son los géneros discursivos que pueden estar compuestos por tipos de textos en común. Ellos engloban géneros: el discurso periodístico está compuesto por la crónica, el editorial, la entrevista, la nota de opinión. El discurso literario, por la novela, el cuento, la poesía, el teatro o el ensayo. El universo de discurso constituye una dimensión institucional o social, relacionada con las competencias culturales e ideológicas.
Estos son, en breve síntesis, los componentes para formalizar los modelos de producción y de interpretación de los mensajes. Se trata entonces, de un esquema que reformula Kerbrat-Orecchioni del de Jakobson, en el que estos modelos hacen funcionar la codificación y decodificación de los mensajes bajo las leyes que regulan las diversas competencias.

El modelo de las funciones del lenguaje de Jakobson


A partir de su modelo, Jakobson elabora el circuito de la comunicación verbal que, desde su perspectiva, consta de seis factores. Un “destinador” que emite un “mensaje” que recibe un “destinatario”. El mensaje debe referirse a algo, es decir, para que un mensaje se comprenda se requiere de un “contexto”: aquello de lo cual se habla. Este término no debe confundirse con la acepción de entorno físico o circunstancia que rodea a la situación comunicativa. Otro factor del circuito es el “código” que, por su parte, asegura la comunicación en cuanto es común tanto para destinador como para destinatario, es una lengua compartida para que ambos puedan comprenderse. Por último, el factor “contacto” que es el canal o medio físico por el cual transita el mensaje pero es, además, una conexión psíquica que se produce entre el destinador y el destinatario.
A partir de su modelo del circuito de comunicación verbal, Jakobson advierte que las funciones que cumple el lenguaje en la comunicación permite constatar que:
- cada factor determina una función;
- ninguna función se expresa en estado “puro”;
- existe un orden jerárquico o de dominancia entre las diversas funciones que intervienen en una comunicación.

Cuando la comunicación se encuentra orientada hacia el destinador o emisor se produce la función emotiva del lenguaje, siendo marcas de ella: la primera persona (yo, nosotros, mi, nuestro) las interjecciones y la abundancia de adjetivos. Esta función también es conocida como expresiva.
Cuando la comunicación está orientada hacia el contexto se despliega la función referencial. Son marcas de ella la tercera persona y la preeminencia de sustantivos (ella, el, ellas, ellos). Esta función también se denomina informativa.
Cuando la comunicación se orienta hacia el destinatario se produce una función conativa. Son marcas de ella la segunda persona y la marcada importancia de los verbos (vos, usted, ustedes). Esta función también es conocida como apelativa.
Cuando la comunicación está orientada hacia el canal o contacto se produce la función fática, que tiene como objeto comprobar si el canal funciona correctamente.
Cuando la comunicación se orienta hacia el código se produce la función metalingüística, es decir, se habla del código mismo.
Cuando la comunicación se encuentra orientada hacia el mensaje se produce la función poética, es decir, el mensaje mismo es puesto de relieve.

COMUNICACION

De una manera general, existen dos variedades de definición de este término. Según la primera, la comunicación es un proceso en virtud del cual A envía un mensaje a B, que provoca en éste un efecto. A esta variedad se la puede ejemplificar con los modelos clásicos de Saussure y Jakobson. La segunda definición ve en ella una negociación y un intercambio de sentido, donde mensajes, sujetos pertenecientes a una cultura y “realidad” interactúan para que se produzca un sentido o un entendimiento. A esta variedad le corresponden los modelos de Kerbrat y de Hall, así como la propuesta de Bajtín. Esta definición pone el acento en los nexos entre elementos constitutivos necesarios para que se produzca un sentido.
Estos elementos entran en tres grupos principales.
1) el texto, sus signos y sus códigos.
2) los sujetos que “interpretan” el texto, la experiencia cultural y social que los ha formado y ha formado los signos y códigos que ellos emplean
3) la conciencia de una “realidad externa” a la que se refieren tanto el texto como los que lo reciben.

martes, 20 de septiembre de 2011

ODA A LA PRIMAVERA

Primavera temible, rosa loca,
llegarás, llegas imperceptible, apenas
un temblor de ala, un beso de niebla con jazmines,
el sombrerolo sabe, los caballos, el viento
trae una carta verde que los árboles leen
y comienzan las hojas a mirar con un ojo,
a ver de nuevo el mundo se convencen,
todo está preparado, el viejo sol supremo,
el agua que habla, todo, y entonces
salen todas las faldas del follaje,
la esmeraldina ,loca primavera,
luz desencadenada, yegua verde,
todo se multiplica , todo busca
palpando una materia que repita su forma,
el germen mueve pequeños pies sagrados,
el hombre ciñe el amor de su amada,
y la tierra se llena de frescura,
de pétalos que caen como harina,
la tierra brilla recién pintada
mostrando su fragancia en sus heridas,
los besos de los labios de claveles,
y la marea escarlata de la rosa.
Ya está bueno!

Ahora, primavera, dime para qué sirves
y a quién sirves.
Dime si el olvidado en su caverna
recibió tu visita,
si el abogado pobre en su oficina
vio florecer tus pétalos sobre la sucia alfombra,
si el minero de las minas de mi patria
no conoció más que la primavera negra
del carbón o el viento envenenado
del azufre!

Primavera, muchacha, te esperaba!
Toma esta escoba y barre el mundo!
Limpia con este trapo, las fronteras,
sopla los techos de los hombres,
escarba el oro acumulado y reparte
los bienes escondidos,
ayúdame cuando ya el hombre
esté libre de miseria, polvo, harapos,
deudas, llagas, dolores, cuando
con tus transformadoras manos de hada
y las manos del pueblo, cuando sobre la tierra
el fuego y el amor toque tus bailarines
pies de nácar,
cuando tu, primavera, entres
a todas las casas de los hombres,
te amaré sin pecado, desordenada dalia,
acacia loca, amada, contigo, con tu aroma,
con tu abundancia, sin remordimiento,
cn tu desnuda nieve abrasadora,
con tus más desbocados manantiales,
sin descartar la dicha de otros hombres,
con la miel misteriosa de las abejas diurnas,
sin que los negros tengan que vivir apartados
de los blancos,
adelante, trabajaremos juntos
en la futura y pura fecundidad florida.

Pablo Neruda - Oda a la primavera

domingo, 18 de septiembre de 2011

PAUTAS PARA PREPARAR Y RENDIR UN EXAMEN ESCRITO

A) Preparación previa al examen
1. Leer los textos con suma atención. Volver hacia atrás (releer) si algún concepto o párrafo no fue entendido. En caso de ser necesario, recurrir a un diccionario o a alguna otra fuente bibliográfica. Contestar por escrito las preguntas de la guía de estudio. Chequear en clase las respuestas realizadas, así como comentar con los compañeros de comisión las respuestas llevadas a cabo.
2. No se debe estudiar únicamente de los apuntes de clase ni de resúmenes, y menos aun de los de un compañero o los que figuran en páginas web, sino que debe estudiarse de la bibliografía indicada, puesto que los apuntes y resúmenes representan solo una parte del proceso de estudio.
3. Si se busca información adicional en la web, siempre conviene chequear con otras fuentes el contenido obtenido. No todo lo que en ella circula es de origen confiable en términos académicos.

B) Durante el examen
1. El parcial debe escribirse en negro o azul. Los demás colores se utilizan para la corrección del docente.
2. Al inicio del examen deben colocarse ciertos datos en la primera hoja: apellido, nombre, comisión, docente, nombre de la materia, nº de parcial, tema, fecha. Esta información debe diferenciarse del resto del escrito. En el resto de las hojas, consignar solamente apellido y nombre.
3. Leer atentamente las consignas. Prestar atención a los verbos introductorios como: desarrollar, explicar, comparar, resumir, ejemplificar, etc. ya que no son sinónimos, cada uno de ellos supone un tipo de respuesta diferente.
4. Numerar las páginas entregadas, por ejemplo: 1/3, 2/3, 3/3. Si es posible, abrocharlas. La última página debe firmarse con aclaración.
5. Responder solo lo que la pregunta solicita. No responder por “nombre del autor”, es decir, no escribir, por ejemplo, todo lo que se sabe de Roland Barthes, sino limitarse a lo solicitado en la consigna. Si la respuesta no contiene lo solicitado, por más que el contenido sea correcto se podrá considerar la respuesta como “no pertinente”.
6. No utilizar abreviaturas, salvo las que estén convencionalizadas, como por ejemplo: etc.
7. No responder solo con gráficos, cuadros sinópticos o flechas. Estos no reemplazan al texto, simplemente lo ilustran.
8. Cada respuesta es un texto autónomo, es decir, debe poder leerse y comprenderse fuera del contexto parcial. No debe necesitar su consigna para entenderse. Por ejemplo: ¿Cómo fundamenta Peirce la necesidad de abordar el estudio del signo desde una perspectiva ternaria? Respuesta: “Peirce fundamenta la necesidad de abordar el estudio del signo desde una perspectiva ternaria explicando que…”
9. Las respuestas deben tener una estructura mínima: introducción, desarrollo y conclusión. En el ejemplo anterior, ese fragmento constituye la introducción de la respuesta. La conclusión se anuncia frecuentemente con un conector. Por ejemplo: “Por último, puede afirmarse que…”
10. Cuidar la sintaxis, la ortografía y la puntuación (las dificultades en estos aspectos no se calificarán con descuento de puntos). Se recomienda construir oraciones breves para obtener mayor claridad, ya que permiten organizar mejor el texto.
11. Respetar el uso de las mayúsculas.
12. La prolijidad y la legibilidad garantizan una buena comunicación y por lo tanto un buen parcial. Constituyen la “carta de presentación” del estudiante universitario.

C) Después del parcial
1. Recordar en qué cuatrimestre de qué año se cursó la materia y con qué docente.

acerca del concepto de IDEOLOGIA (a propósito de Hall)

Desde mediados del siglo XX el concepto de ideología comenzó a entenderse como "serie de ideas que surgen de un conjunto dado de intereses materiales" o, en términos más generales, de una clase o grupo social definido. En otros términos, "sistema de ideas apropiado para una clase social determinada". Así, las formas ideológicas son expresiones de las condiciones económicas de la producción, o bien expresiones de los cambios en esas condiciones. Puede referirse de este modo a una "ideología proletaria", "ideología burguesa", "ideología terrateniente", etc.

(adaptado de Raymond Williams, Palabras clave,
Buenos Aires, ed. Nueva Visión, 2000.)

COMUNICACION DE MASAS (a propósito de Hall)

COMUNICACION MASIVA

Comunicación de naturaleza social e industrial de los medios entendidos comúnmente como periódicos, revistas, cine, televisión, radio y aviso publicitarios, así como libros de ficción o no ficción de temáticas generales y populares, y música industrial de géneros como el pop, principalmente.
Puede definirse a este término como la práctica y el producto destinados a suministrar entretenimiento para el ocio e información a una audiencia desconocida, a través de una alta tecnología financiada por corporaciones, producida industrialmente y regulada de modo diverso por el Estado; estos entretenimientos e informaciones constituyen mercancías que se consumen privadamente por medio de los medios de prensa, pantallas, audio y emisiones abiertas.

(adaptado de O´Sullivan, T.; Hartley, J. y otros. “Conceptos clave en comunicación y estudios culturales”. Buenos Aires, Amorrortu eds.)

Géneros Discursivos: un ejemplo

CLASIFICACION DE TEXTOS
Entre las muchas clasificaciones existentes, se pueden distinguir diferentes tipos de textos según qué prácticas discursivas se llevan a cabo.
Este criterio permite distinguir, por ejemplo, entre una orden militar, un anuncio publicitario, una conversación telefónica, o un sermón en la iglesia. De acuerdo con este criterio, una clasificación convencional de los textos puede ser la siguiente:
• Textos científicos: son los que producen en el contexto de la comunidad científica, con la intención de presentar o demostrar los avances producidos por la investigación. Géneros típicos de este tipo son: la Tesis doctoral, la Memoria de Licenciatura, el Artículo científico o la Monografía científica. También son textos científicos, aunque de transmisión oral, la Conferencia, la Ponencia o la Comunicación (tipo de texto)
• Textos administrativos: son aquellos que se producen como medio de comunicación entre el individuo y determinada institución, o entre instituciones, o entre las instituciones y los individuos. Se trata de textos altamente formalizados, con estructuras rígidas y que frecuentemente tienen una enunciado función performativa. Géneros administrativos típicos son: el certificado, el saludo, la instancia o el boletín oficial.
• Textos jurídicos: son los textos producidos en el proceso de administración de justicia. Aunque son un subtipo de los textos administrativos, por su importancia y sus peculiaridades los textos jurídicos suelen considerarse y estudiarse como un grupo independiente. Ejemplos de textos jurídicos son: la sentencia, el recurso o la ley.
• Textos periodísticos: todos los textos susceptibles de aparecer en el contexto de la comunicación periodística. Suelen subdividirse en "géneros informativos" (que tienen por función transmitir una determinada información al lector) y "géneros de opinión" (que valoran, comentan y enjuician las informaciones desde el punto de vista del periodista o de la publicación). Entre los primeros, los fundamentales son la noticia y el reportaje; entre los segundos, el editorial, el artículo de opinión, la crítica o la columna.
• Textos humanísticos: aunque se trata de un tipo de texto difícilmente definible, se clasifica como "textos humanísticos" a aquellos que tratan algún aspecto de las ciencias humanas: Psicología, Sociología, Antropología, etc. desde el punto de vista propio del autor, sin el nivel de formalización de los textos científicos. El género típico de este tipo es el ensayo.
• Textos literarios: son todos aquellos en los que se manifiesta la función poética, ya sea como elemento fundamental (como en la poesía) o secundario (como en determinados textos históricos o didácticos). Son géneros literarios: la poesía, la novela, el cuento o relato, el teatro y el ensayo literario (incluidos los mitos). Se clasifican en: narrativo, líricos, y dramáticos.
• Textos publicitarios: es un tipo de texto especial, cuya función es convencer al lector acerca de las cualidades de un artículo de consumo, e incitarlo al consumo de dicho artículo. Esta necesidad de atraer la atención del lector hace que el texto publicitario emplee generalmente recursos como la combinación de palabra e imagen, los juegos de palabras, los eslóganes o las tipografía llamativas. El género publicitario fundamental es el anuncio.
• Textos digitales: textos cuya aparición ha sido provocada por las nuevas tecnologías, dando lugar a textos inexistentes en el mundo analógico y que presentan sus propias características. Algunos ejemplos de estos tipos de texto son: los blogs, los SMS, los chat o las páginas web.

HALL - PROCESO DE INTERCAMBIO COMUNICATIVO

PROCESO DE INTERCAMBIO COMUNICATIVO
Articulación de diferentes prácticas sociales conectadas entre sí

CODIFICACION  MENSAJE  DECODIFICACION
Productos
Formas discursivas
Pasaje de formas:
producción-circulación--------------consumo-distribución

estruct. significativas 1(codif.) estruct. significativas 2 (decodif.)

códigos (codif.) códigos (decodif.)

gramáticas(codif.)  gramáticas (decodif.)

reglas discursivas(codif.)  reglas discursivas (decodif.)


estructuras de entendimiento (codif.)  estructuras de entendimiento (decodif.)


relaciones de producción (codif.) relaciones de producción (decodif.)

infraestructura técnica (codif.) infraestructura técnica (decodif.)



Toda sociedad clasifica al mundo a través de su lengua, lo que constituye un orden cultural dominante, no determinante. Existen una serie de dominios discursivos que se encuentran jerárquicamente organizados, es decir, una estructura de discursos dominantes conformados por un conjunto de creencias, prácticas y significados que establecen límites, pautas y restricciones para la decodificación, es por ello que intentarán guiar la interpretación y decodificación de los mensajes

domingo, 11 de septiembre de 2011

BOURDIEU

Este autor caracteriza a la lengua como instrumento de acción y poder, explicitando la falacia de considerarla como constituida por palabras neutras u objetivas. El lenguaje no es “inocente” en la medida en que produce el reconocimiento de las autoridades legítimas al favorecer el desconocimiento de la arbitrariedad en que se sustentan. Según este autor, los dominados no podrán constituirse como grupo para movilizarse y movilizar las energías que potencialmente poseen, si no son capaces de poner en cuestión las categorías de percepción del orden social existente. El lenguaje es, en este sentido, expansión del orden que pretende la sumisión frente a las desigualdades sociales existentes.

La mirada de Bourdieu sobre la cultura se constituye como una teoría del poder simbólico, es por ello que los símbolos son caracterizados como instrumentos de conocimiento y comunicación que hacen posible el consenso sobre el sentido del mundo, promoviendo la integración social. Por consiguiente, plantea que no hay relaciones de comunicación o conocimiento que no sean inseparablemente, relaciones de poder. “El poder simbólico es un poder de hacer cosas con palabras”, afirma. En el tópico específico del lenguaje, se propone analizarlo como un conjunto de modos de distribución y producción simbólica de lugares sociales. El lenguaje es pensado por este autor como una de las formas en que se constituye el saber, a través del vínculo entre lo material y lo simbólico, tanto en prácticas como en discursos. Es por ello que lo concibe como instrumento de acción y de poder más que un objeto del intelecto.

En tanto que a la comunicación, la caracteriza no como un espacio de libre intercambio, sino con condiciones de instauración por parte de los hablantes que detentan un determinado poder en situaciones específicas de intercambio simbólico, es decir, relaciones de fuerza simbólica. Los productores y los productos lingüísticos no son iguales, afirma, sino que están determinados por la existencia de privilegios de ciertos hablantes con respecto a otros: la posición que detenten en la estructura social. Las situaciones lingüísticas producen efectos de dominación, es decir, relaciones e interacciones entre los hablantes conformes a las leyes objetivas del mercado lingüístico.

La estructura del campo lingüístico debe pensarse como un conjunto de transacciones, que constituyen una expresión particular de la estructura de relación de fuerzas entre los grupos que poseen diferentes competencias, que en situación de pugna se tornan una forma de capital simbólico. En palabras de Bourdieu: “una lengua vale lo que valen los que la hablan”. Es por ello que se aparta de la lingüística estructural y la de corte chomskyano, ya que a su entender excluyen toda investigación que relacione la lengua con la etnología, la historia política de los hablantes e incluso la geografía del ámbito en que la lengua se habla, dimensiones consideradas centrales para Bourdieu. En efecto, son las condiciones sociales de producción, reproducción y de utilización de los enunciados de la lengua el objeto de estudio para él.

El lenguaje entonces, es abordado para su análisis como una praxis, que se realiza a través del habla, que despliega estrategias discursivas que se refieren al dominio de sus condiciones de utilización, que permiten producir discursos adecuados a situaciones sociales determinadas. Para este sociólogo, el signo sólo tiene existencia dentro del modo de producción lingüístico concreto. Las transacciones lingüísticas particulares dependen de la estructura del campo lingüístico, expresión de cómo se estructuran las relaciones de fuerza entre los grupos que poseen diversos capitales de autoridad, que no pueden ser reducidos a las meras competencias lingüísticas.

“Una ciencia del discurso –afirma Bourdieu- debe establecer las leyes que determinan quién puede (de hecho y de derecho) hablar, a quién y cómo, es decir, determinar las condiciones de instauración de la comunicación”. También “debe determinar el contexto social en el cual la comunicación se instaura, y en particular, la estructura del grupo en el cual se lleva a cabo. Debe tener en cuenta no sólo las relaciones de fuerza simbólica que se establecen en el grupo, sino las leyes mismas de producción del grupo que hacen que algunas categorías estén ausentes. Estas condiciones ocultas son determinantes para comprender lo que puede decirse y lo que no puede decirse en un grupo”.

Este contexto social es denominado por Bourdieu mercado lingüístico, es decir, una “situación social determinada más o menos oficial y ritualizada” donde un hablante “produce un discurso dirigido a receptores capaces de evaluarlo, apreciarlo y darle un precio”. Así, este mercado posee “leyes de determinación de los precios que hacen que todos los productores de productos lingüísticos, de hablas, no sean iguales”. Las relaciones de fuerza que lo dominan (que trascienden la situación y son irreductibles a las relaciones de interacción) “provocan que ciertos productores y productos tengan un privilegio de entrada”.

Es por ello que este autor sostiene que una ciencia del lenguaje debe tener como objeto de estudio “el análisis de las condiciones de producción de un discurso no sólo gramatical, no sólo adaptado a la situación, sino también y sobre todo aceptable, recibible, creíble, eficaz o simplemente escuchado, en un estado dado de las relaciones de producción y circulación” de los discursos.

viernes, 9 de septiembre de 2011

Biblio complementaria de Peirce (no obligatoria)

se trata de una nota periodistica publicada en una revista cultural

http://edant.revistaenie.clarin.com/notas/2010/02/14/_-02138983.htm

Biblio complementaria de Saussure (no obligatoria)

En la fotocopiadora de Lamadrid pueden encontrar algunas páginas del "Curso de Lingüística General" de Saussure que no figuran en el módulo I,  que les resultarán útiles para entender mejor su propuesta teórica.

1er PARCIAL: fecha de realización

El primer parcial se llevará a cabo el martes 20 de septiembre.
La clase de repaso se realizará el viernes 16 de septiembre.
Viernes 9 de septiembre: cierre Bajtín y módulo 2 Bourdieu
Martes 13 de septiembre: módulo 2 cierre de Bourdieu y S. Hall
Viernes 16 de septiembre: en primera parte de la clase cierre Hall

miércoles, 7 de septiembre de 2011

BAJTIN

Este linguista elabora una teoría sobre el carácter dialógico del lenguaje en un intento por fundar una linguística del habla, internándose en un objeto de estudio que Saussure no abordó. Para ello produce la noción de enunciado, limitado por su género de discurso, siempre orientado hacia un interlocutor y atravesado por valoraciones histórico-ideológicas. De esto se desprende una teoría de las relaciones humanas, para la cual es la mirada del otro la que otorga sentido a la propia existencia de un sujeto y la completa. En el diálogo, la voz de ese otro constituye a su semejante a través de la palabra propia, configurando una mirada donde el sujeto se reconoce en el otro tanto en las afinidades como en las disidencias.Bajtín plantea que el carácter dialógico del lenguaje puede ser ahogado o disimulado por un uso de carácter autoritario y monológico.
Los discursos que se producen cotidianamente en cada situación de la vida están configurados por ciertas pautas generales socialmente establecidas que forman tipos de discursos. A estos tipos generales Bajtín los denomina "géneros discursivos" definidos como conjuntos estables de enunciados que dependen de cada esfera de la actividad humana, caracterizados por una composición, estructura u orden del material discursivo, un estilo o recursos gramaticales y léxicos y un tema o contenido. En otros términos, cada esfera de la praxis produce un uso concreto de la lengua, con tipos estables de enunciados que al encadenarse entre sí, conforman la discursividad.
Bajtín clasifica a los géneros en simples o primarios, cuando se trata de comunicaciones directas, espontáneas y presenciales como las cotidianas (conversaciones familiares, diálogos de trabajo); y géneros compuestos o secundarios cuando la comunicación es indirecta, requiere de tecnología y el discurso se reelabora mediante la utilización de géneros primarios (conferencia, novela, investigación científica, medios masivos).
Este autor plantea que el signo no sólo refleja un sentido sino que refracta sentidos, es la “arena” donde transcurre el combate social entre intereses económicos y culturales. Una palabra viva no es un sonido-lugar en una estructura, un hecho de la lengua: las palabras no son neutras y sin connotación afectiva, moral o política, sino que constituyen hechos del habla, parte del torrente de la vida. Para Bajtín, a diferencia de Saussure,el signo no es una abstracción definida por una posición y diferencia asociado a un fonema, sino un hecho material, concreto e histórico.

sábado, 3 de septiembre de 2011

Más sobre Peirce


¿QUÉ ES UN SIGNO? por Charles S. Peirce (1894)

§1. Esta es una cuestión esencial, ya que todo razonamiento es interpretación de signos de algún tipo. Pero es también una pregunta muy difícil, que exige una profunda reflexión.
Es necesario reconocer tres estados mentales diferentes.
Primero, imagina a una persona en un estado de somnolencia. Supongamos que no está pensando en nada más que en el color rojo. Tampoco está pensando acerca de él, esto es, no se pregunta ni se responde a ninguna cuestión sobre él, ni siquiera se dice a sí mismo que le gusta, sino que simplemente lo contempla tal y como su imaginación se lo presenta. Quizás cuando se canse del rojo, cambie a algún otro color, -por ejemplo, un azul turquesa- o a un color rosa; - pero si lo hace así, lo hará por el juego de la imaginación sin ninguna razón y sin ninguna coacción. Esto es lo más cerca que se puede estar de un estado mental en el que algo está presente, sin coacción y sin razón; se llama Sensación. Excepto en la hora en la que se está medio despierto, nadie está realmente en un estado de sensación puro y simple. Pero siempre que estamos despiertos, algo se presenta ante nuestra mente, y lo que se presenta, sin referencia a ninguna coacción o razón, es la sensación.
Segundo, imagina que nuestro soñador oye repentinamente un silbato de barco de vapor alto y prolongado. En el instante en que comienza a escucharlo, se sobresalta. Instintivamente trata de escapar; sus manos se dirigen a sus oídos. No es tanto que sea desagradable sino que ejerce gran fuerza sobre él. La resistencia instintiva es una parte necesaria de ello: el hombre no sería consciente de que su voluntad había resistido, si no tuviera la auto-afirmación de resistirse. Es lo mismo que cuando nos esforzamos frente a la resistencia exterior; si no fuera por esa resistencia no tendríamos nada sobre lo que pudiéramos ejercitar la fuerza. Este sentido de actuar y de que algo actúe sobre nosotros, que es nuestro sentido de la realidad de las cosas, -tanto de las cosas exteriores como de nosotros mismos-, puede ser llamado el sentido de Reacción. No reside en ninguna Sensación; corresponde a la ruptura de una sensación por otra sensación. Esencialmente implica dos cosas que actúan una sobre otra.
Tercero, imaginemos que nuestro soñador ahora está despierto, incapaz de evitar el penetrante sonido, se pone en pie de un salto y trata de escaparse por la puerta, que supondremos que había sido cerrada con un portazo precisamente cuando el silbido comenzó. Pero digamos que el silbido cesa en el instante en que nuestro hombre abre la puerta. Mucho más aliviado, piensa en volver a su sitio, y así cierra la puerta otra vez. Sin embargo, tan pronto como lo hace el silbido vuelve a empezar. Se pregunta a sí mismo si el cerrar la puerta tiene algo que ver con esto; y una vez más abre la misteriosa puerta. En cuanto la abre el sonido cesa. Está entonces en el tercer estado mental: está PENSANDO. Esto es, es consciente de que está aprendiendo, o de que experimenta un proceso por el que se descubre que un fenómeno está gobernado por una regla, o que tiene una manera general de comportarse que puede llegar a ser conocible. Descubre que una acción es la manera, o el medio, de producir otro resultado. Este tercer estado mental es completamente diferente de los otros dos. En el segundo había solamente un sentido de fuerza bruta; ahora hay un sentido de estar gobernado por una regla general. En la Reacción están implicadas sólo dos cosas; pero en el estar gobernado hay una tercera cosa que es un medio para un fin. La misma palabra medio significa algo que está en el medio entre otros dos. Además, este tercer estado mental, o Pensamiento, tiene un sentido de aprendizaje, y el aprendizaje es el medio por el pasamos de la ignorancia al conocimiento. Así como el sentido más rudimentario de la Reacción implica dos estados de Sensación, también descubriremos que el Pensamiento más rudimentario implica tres estados de Sensación.
Conforme avanzamos en el tema, estas ideas, que parecen vagas la primera vez que las vislumbramos, empezarán a hacerse más y más claras; y su gran importancia se impondrá también a nuestras mentes.

§2. Hay tres clases de interés que podemos tener en una cosa. Primero, podemos tener un interés primario en la cosa por sí misma. Segundo, podemos tener un interés secundario en ella a causa de sus reacciones con otras cosas. Tercero, podemos tener un interés mediador en ella, en tanto que transmite a la mente una idea sobre una cosa. En tanto que lo hace así es un signo o representación.

§3. Hay tres clases de signos. En primer lugar, hay semejanzas o iconos; que sirven para transmitir ideas de las cosas que representan simplemente imitándolas. En segundo lugar, hay indicaciones o índices; que muestran algo sobre las cosas por estar físicamente conectados con ellas. Tal es un poste indicador, que indica la carretera a seguir, o un pronombre relativo, que está situado justo después del nombre de la cosa que pretende denotar, o una exclamación vocativa, como "¡Eh! ¡Oye!", que actúa sobre los nervios de la persona a la que se dirige y la obliga a prestar atención. En tercer lugar, hay símbolos, o signos generales, que han sido asociados con su significado por el uso. Tales son la mayor parte de las palabras, y las frases, y el discurso, y los libros, y las bibliotecas.
Consideremos estos distintos usos de las tres clases de signos más detenidamente.

§4. Semejanzas. Las fotografías, especialmente las fotografías instantáneas, son muy instructivas, porque sabemos que en ciertos aspectos son exactamente como los objetos que representan. Pero este parecido es debido a que las fotografías son producidas bajo tales circunstancias que están físicamente obligadas a corresponder punto por punto a la naturaleza. En este sentido, pues, pertenecen a la segunda clase de signos, los de la conexión física. El caso es diferente si yo supongo que las cebras son probablemente obstinadas, o animales desagradables de algún otro modo, porque parecen tener un parecido general con los burros y los burros son tercos. Aquí el burro funciona precisamente como una semejanza probable con la cebra. Es verdad que suponemos que el parecido tiene una causa física en la herencia; pero entonces, esta afinidad heredada es en sí misma sólo una inferencia a partir de la semejanza entre los dos animales, y no tenemos (como en el caso de la fotografía) ningún conocimiento independiente de las circunstancias de producción de las dos especies. Otro ejemplo del uso de una semejanza es el diseño que un artista hace de una estatua, de una composición pictórica, de una construcción arquitectónica, o de una pieza de decoración, y, al contemplarlo, puede averiguar si lo que propone será bello y satisfactorio. La pregunta realizada se contesta, pues, casi con certeza porque tiene que ver con cómo el propio artista será afectado. El razonamiento de los matemáticos resultará estar basado principalmente en el uso de las semejanzas, que son los auténticos goznes de las puertas de su ciencia. La utilidad de las semejanzas para los matemáticos consiste en que sugieren, de una manera muy precisa, aspectos nuevos de supuestos estados de cosas. En la intercomunicación las semejanzas son también bastante indispensables. Imagina a dos hombres que no hablan la misma lengua reunidos en un lugar remoto lejos del resto de la humanidad. Tienen que comunicarse, pero ¿cómo lo harán? Por la imitación de sonidos, por la imitación de gestos y por dibujos. Éstas son las tres clases de semejanzas. Es cierto que también usarán otros signos, indicaciones con los dedos, y otros parecidos. Pero, después de todo, las semejanzas serán los únicos medios de describir las cualidades de las cosas y de las acciones que tienen en mente. El lenguaje rudimentario, cuando los hombres comenzaron a hablar por primera vez, debió de consistir en su mayor parte en palabras directamente imitadoras, o en nombres convencionales que asignaban a dibujos. El lenguaje egipcio es un lenguaje excesivamente tosco. Fue, por lo que sabemos, el primero en ser escrito, y la escritura es toda a través de dibujos. Algunos de estos dibujos llegaron a representar sonidos, -letras y sílabas-. Pero otros representan directamente ideas. No son nombres, no son verbos; son simplemente ideas pictóricas.

§5. Indicaciones. Pero los dibujos solos, -semejanzas puras-, nunca pueden transmitir la más mínima información. De este modo la figura 3 sugiere una rueda. Pero le deja al espectador la incertidumbre de si es una copia de algo realmente existente o un mero juego de la imaginación. Lo mismo es verdadero a cerca del lenguaje general y de todos los símbolos. Ninguna combinación de palabras (excluyendo los nombres propios, y en ausencia de gestos u otras concomitancias indicativas del habla) puede transmitir la más mínima información. Esto puede sonar paradójico; pero el siguiente pequeño diálogo imaginario mostrará hasta qué punto es verdad:
Dos hombres, A y B, se encuentran en una camino comarcal, cuando tiene lugar la siguiente conversación.
B. El propietario de esa casa es el hombre más rico de estos lugares.
A. ¿Qué casa?
B. ¿Acaso no ves una casa a tu derecha, más o menos a siete kilómetros de distancia, sobre una colina?
A. Si, creo que puedo divisarla.
B. Muy bien, esa es la casa.
De este modo, A ha adquirido información. Pero si camina hasta un pueblo distante y dice "el propietario de una casa es el hombre más rico de esos lugares", la observación no se referirá a nada, a menos que le explique a su interlocutor cómo proceder desde donde está para encontrar ese distrito y esa casa. Sin eso no indica de qué está hablando. Para identificar un objeto, generalmente indicamos su lugar y determinamos un tiempo; y en cualquier caso debe mostrarse cómo puede conectarse una experiencia suya con la experiencia previa del oyente. Para determinar un tiempo debemos calcularlo a partir de una época conocida, -ya sea el momento presente, o el supuesto nacimiento de Cristo, o algo similar-. Cuando decimos que la época debe ser conocida, queremos decir que debe estar conectada con la experiencia del oyente. Tenemos también que calcular en unidades de tiempo; y no hay manera de saber qué unidad nos proponemos usar a menos que apelemos a la experiencia del oyente. De igual modo, no puede describirse ningún lugar a no ser por referencia a algún lugar conocido; y la unidad de distancia usada debe definirse por referencia a alguna barra o algún objeto que la gente pueda usar realmente, directa o indirectamente, para medir. Es cierto que un mapa es muy útil para designar un lugar; y un mapa es un tipo de dibujo. Pero a menos que el mapa tenga una marca de una localidad conocida, y la escala de millas, y los puntos de la brújula, no mostraría mejor dónde se encuentra un lugar que lo que muestra el mapa la situación de Brobdingnag en Los viajes de Gulliver (1). Es cierto que si se encontrara una nueva isla, digamos en el Océano Ártico, su situación podría ser indicada de forma aproximada en un mapa que no tuviese letras, meridianos ni paralelos; ya que los trazados familiares de Islandia, Nueva Zemla, Groenlandia, etc. servirían para indicar su posición. En tal caso, nos serviríamos de nuestro conocimiento de que no hay otro lugar en el que algún ser de este mundo sea capaz de hacer un mapa de lo que tiene trazados como esos de las tierras árticas. Esta experiencia del mundo en el que vivimos hace que el mapa sea algo más que un mero icono y le confiere los caracteres añadidos de un índice. De este modo es cierto que uno y el mismo signo puede ser al mismo tiempo una semejanza y una indicación. Aun así, las funciones de estos tipos de signos son totalmente diferentes. Puede objetarse que tanto las semejanzas como los índices se basan en la experiencia, que una imagen del rojo carece de significado para una persona ciega, tanto como la de la pasión erótica para el niño. Pero éstas son realmente objeciones que ayudan a la distinción; ya que no es la experiencia, sino la capacidad para la experiencia, lo que muestran que es requisito para una semejanza; y este requisito lo es, no para que la semejanza sea interpretada, sino para que sea presentada a los sentidos. Muy diferente es el caso de una persona sin una experiencia previa y de otra con una experiencia previa que se encuentran al mismo hombre y advierten las mismas peculiaridades, que indican una historia completa al hombre con experiencia previa, pero que no revelan nada al hombre no experimentado.
Examinemos algunos ejemplos de indicaciones. Veo un hombre que se balancea al andar. Ésta es una indicación probable de que es un marinero. Veo un hombre con las piernas arqueadas con pantalones de pana, polainas y una chaqueta. Éstas son indicaciones probables de que es un jockey o algo parecido. Una veleta indica la dirección del viento. Un reloj de sol o un reloj indican la hora del día. Los geómetras colocan letras en diferentes partes de sus diagramas y luego usan esas letras para indicar esas partes. Las letras son usadas de modo similar por los abogados y por otros. De este modo podemos decir: Si A y B están casados y C es su hijo, mientras que D es el hermano de A, entonces D es el tío de C. Aquí A, B, C y D cumplen la función de pronombres relativos, pero su uso es más conveniente ya que no requiere ninguna colocación especial de las palabras. Un golpe en la puerta es una indicación. Todo lo que centra la atención es una indicación. Todo lo que nos sorprende es una indicación, en tanto en cuanto marca la unión de dos porciones de experiencia. De este modo un rayo tremendo indica que ocurrió algo considerable ocurrió, aunque puede que no sepamos de un modo preciso de qué acontecimiento se trataba. Pero puede esperarse que se conecte con alguna otra experiencia.

§6. Símbolos. La palabra símbolo tiene tantos significados que sería una ofensa al lenguaje añadirle otro nuevo. No pienso que el significado que yo le doy, el de un signo convencional, o el de uno que depende de un hábito (adquirido o innato), sea tanto un nuevo significado como un regreso al significado original. Etimológicamente significaría una cosa unida a otra, igual que el embolon (embolum) es una cosa que entra en algo, un cilindro, y el parabolon (parabolum) es una cosa que está fuera, la seguridad colateral, y el upobolon (hypobolum) es una cosa que está colocada debajo, un regalo prenupcial. Usualmente se dice que en la palabra símbolo hay que entender el unir en el sentido de conjetura; pero si ese fuera el caso, deberíamos descubrir que algunas veces, por lo menos, significó una conjetura, un significado que puede buscarse en vano en la literatura. Pero los griegos usaban con mucha frecuencia "unir" (sumballein) para significar el hacer un contrato o un acuerdo. Luego, encontramos el símbolo (sumbolon) usado antiguamente y a menudo para significar un acuerdo o un contrato. Aristóteles llama al nombre "símbolo", esto es, signo convencional. En Grecia, un reloj de fuego es un "símbolo", esto es, una señal acordada; un estandarte o una bandera es un "símbolo", una contraseña es un "símbolo", una insignia es un "símbolo"; el credo de una iglesia se llama símbolo, porque sirve como insignia o lema; una entrada de teatro se llama "símbolo"; todo ticket o cheque que le da a uno derecho a recibir algo es un "símbolo". Además, toda expresión de sentimiento se llamó un "símbolo". Tales fueron los principales significados de la palabra en el lenguaje original. El lector juzgará si son suficientes para justificar mi afirmación de que no estoy forzando seriamente la palabra al emplearla como estoy proponiendo hacerlo.
Toda palabra corriente, como "dar", "pájaro", "matrimonio", es un ejemplo de un símbolo. Es aplicable a todo lo que puede encontrarse que realiza la idea conectada con la palabra; no identifica, por sí misma, esas cosas. No nos muestra un pájaro, ni realiza delante de nuestros ojos una donación ni un matrimonio, pero se supone que somos capaces de imaginar esas cosas, y de haber asociado la palabra con ellas.

(1)El libro II de Los viajes de Gulliver de Jonathan Swift se abre con un mapa imaginario de Brobdingnag que se va convirtiendo en un mapa de la costa del Pacífico Norte Americano.

(Este trabajo, compuesto probablemente a principios de 1894, fue originalmente el primer capítulo de un libro titulado "El arte de razonar", pero luego resultó ser el segundo capítulo del multivolumen de Peirce "Cómo razonar: Una crítica de los argumentos" (también conocida como "La gran lógica").] En esta selección Peirce ofrece una explicación de los signos basada en un análisis de la experiencia consciente tomando como punto de partida sus tres categorías universales. Estudia las tres clases principales de signos -iconos, índices y símbolos- y pone muchos ejemplos. Sostiene, como había hecho anteriormente, que el razonamiento debe implicar estas tres clases de signos, y afirma que el arte del razonar es el arte de ordenar signos, enfatizando así la relación entre lógica y semiótica.)