lunes, 27 de junio de 2016

Pautas para preparar y rendir el segundo parcial

A) Preparación previa al examen

1. Leer los textos del módulo II con suma atención. Volver hacia atrás (releer) si algún concepto o párrafo no fue entendido. En caso de ser necesario, recurrir a un diccionario de linguistica, semiología, ciencias humanas o a alguna otra fuente bibliográfica, ¡incluso a este blog! Contestar por escrito las preguntas de la guía de estudio. Chequear en clase las respuestas realizadas, así como comentar con los compañeros de comisión las respuestas llevadas a cabo.
Elegir algunos textos para ejercitación de la guía de estudio. a fin de identificar marcas de la enunciación y redactar luego un análisis de la enunciación, identificando la presencia del sujeto de la enunciación (SE), el destinatario y las terceras personas (yo-nosotros-ustedes/ellos), los juicios de valor, calificaciones, clasificaciones (subjetivemas) del SE, las actitudes del SE respecto de su enunciado y de su destinatario (modalidades de enunciado y mensaje; modalidades de la enunciación), las voces de otros (polifonía). 
2. No se debe estudiar únicamente de los apuntes de clase ni de resúmenes, y menos aun de los de un compañero o los que figuran en páginas web, sino que debe estudiarse de la bibliografía indicada, puesto que los apuntes y resúmenes representan sólo una parte del proceso de estudio.
3. Si se busca información adicional en la web, siempre conviene chequear con otras fuentes el contenido obtenido. No todo lo que en ella circula es de origen confiable en términos académicos.

B) Durante el examen

Aspectos teóricos
1. Los aspectos teóricos del parcial debe escribirse en negro o azul. Los demás colores se utilizan para el análisis del texto sobre enunciación.
2. Al inicio del examen deben colocarse ciertos datos en la primer hoja: nombre y apellido, DNI, horario de Taller y nombre de docente de ese espacio. En el resto de las hojas, se consignará solamente apellido y nombre.
3. Leer atentamente las consignas. Prestar atención a los verbos introductorios como: desarrollar, explicar, reconocer, ejemplificar, etc. ya que no son sinónimos, cada uno de ellos supone un tipo de respuesta diferente.
4. Numerar las páginas entregadas, por ejemplo: 1/3, 2/3, 3/3. Si es posible, abrocharlas. La última página debe firmarse con aclaración.
5. Responder solo lo que la pregunta solicita. No responder por “nombre del autor”, es decir, no escribir, por ejemplo, todo lo que se sabe de Benveniste o Kerbrat, sino limitarse a lo solicitado en la consigna. Si la respuesta no contiene lo solicitado, por más que el contenido sea correcto, se podrá considerar la respuesta como “no pertinente”.
6. No utilizar abreviaturas, salvo las que estén convencionalizadas, como por ejemplo: etc., p. ej.
7. No responder solo con gráficos, cuadros sinópticos o esquemas. Estos no reemplazan al texto, simplemente lo ilustran.
8. Cada respuesta es un texto autónomo, es decir, debe poder leerse y comprenderse fuera del contexto parcial. No debe necesitar su consigna para entenderse. Por ejemplo: ¿Cómo fundamenta Maingueneau la necesidad de abordar el estudio del discurso desde una perspectiva polifónica? Respuesta: “Maingueneau fundamenta la necesidad de abordar el estudio del discurso desde una perspectiva polifónica explicando que…”
9. Las respuestas deben tener una estructura mínima: introducción, desarrollo y conclusión. En el ejemplo anterior, ese fragmento constituye la introducción de la respuesta. La conclusión se anuncia frecuentemente con un conector. Por ejemplo: “Por último, puede afirmarse que…”
10. Cuidar la sintaxis, la ortografía y la puntuación (las dificultades en estos aspectos no se calificarán con descuento de puntos). Se recomienda construir oraciones breves para obtener mayor claridad, ya que permiten organizar mejor el texto.
11. Respetar el uso de las mayúsculas.
12. La prolijidad y la legibilidad garantizan una buena comunicación y por lo tanto un buen parcial. Constituyen la “carta de presentación” del estudiante universitario.

Aspectos prácticos
Puede marcarse el texto para analizar en los aspectos prácticos las huellas/marcas de la enunciación con diferentes colores o tipos de subrayados.También escrituras al margen o  todo aquello que sirva de apoyatura para luego redactar el análisis sobre las marcas de enunciación y la existencia de grupos o campos semánticos (deícticos: nosotros vs. ellos;  subjetivemas: lo bueno, lo malo, lo importante, lo desagradable. El mundo al que pertenece el SE y el mundo que crítica), enunciados modalizados, otras voces y la función que cumplen (polifónías), es decir, al servicio del punto de vista del SE o voces que son traídas al discurso para ser criticadas o combatidas.

C) Después del parcial

1. Recordar en qué cuatrimestre de qué año se cursó la materia y con qué docente.

exámenes finales

Los exámenes finales de Semiología tienen las siguientes fechas: 
sábados 30/7 y 06/8, ambos turnos a las 9. 00 hs.
Se llevaran a cabo en Ciudad Universitaria, pabellón III, subsuelo.

sábado, 25 de junio de 2016

VERON - ENUNCIACION Y SEMIOSIS SOCIAL

La teoría de los discursos sociales


Todo hacer, producto, regla, valor y creencia sociales se pueden analizar desde varias dimensiones: lo económico, lo político, lo físico, y también desde su sentido y significaciones. Lo que a Verón le interesa investigar es la dimensión significante de los fenómenos (hechos) sociales. A esta dimensión, que recorre a todos los fenómenos culturales la denomina semiosis social.
Para poder desarrollar esta definición de semiosis social, Verón trabaja con una hipótesis doble:
1) Toda dimensión significante es necesariamente social. 
2) Todo fenómeno social es, en alguna de sus dimensiones, un fenómeno de sentido.
 ¿Qué quiere decir esto?
1) Un fenómeno de sentido, una significación, no tiene un origen en la persona, en el sujeto. El origen del sentido se produce en la sociedad y circula por ella. Esto quiere decir que va adoptando distintas formas a medida que se va transmitiendo por discursos.
2) A su vez, no puede decirse que los fenómenos sociales sean independientes de este sentido que circula, o se genera dentro de la sociedad: cada uno de ellos encierra un sentido también.
 ¿Qué es la semiosis social?
La semiosis social es la dimensión significante de los fenómenos sociales. Es una red de significaciones compleja e indeterminada, en el sentido que no puede preveerse cómo los discursos van a circular por nuestra sociedad. Se va complejizando y haciendo más imponente al pasar el tiempo y en distintos espacios.
Es decir que a partir de un mismo referente, de aquello a lo que nos referimos y que puede denominarse objeto, se pueden construir varias representaciones, asociaciones con otras cosas o fenómenos. Verón sostiene entonces que la realidad se construye socialmente, no está dada por fuera de la circulación del sentido.
Entonces, si es tan compleja e indeterminada, ¿cómo es posible analizarla?
Para analizarla necesitamos tomar un recorte de la semiosis, espacio-temporal. Este recorte es lo que vamos a llamar el discurso de análisis. A partir de ahí vamos a buscar marcas en la superficie de este discurso que nos llamen la atención porque van a remitir a otros discursos. De esta forma, vamos a dar cuenta de cómo circula el sentido.
 Por lo tanto, ¿qué es un discurso?
El discurso debe entenderse como alguien que se para en un escenario con un micrófono y habla. Ese es un discurso, entre otros. El discurso, para la semiología, es un recorte de la semiosis: un "pedazo" de significaciones que dan vueltas por la sociedad de forma material.
Un punto muy importante de la teoría de Verón es que el sentido tiene materialidad. Es decir, siempre habrá un soporte material para el sentido: imagen, sonido, palabras.
Todo aquello que nos rodea y que es posible de ser investida de sentido se nos dará a conocer con el término de materia sensible. Dado que no hay nada que no esté investido de sentido, porque todo lo que conocemos es parte de la vida social, entonces  la materia sensible investida de sentido será materia significante.

El concepto de texto es toda materia significante organizada que sea posible de representar en varios sentidos. Es decir, la principal característica de los textos (cualquiera de ellos, no sólo los escritos: una película, un videoclip, una fotografía, una revista femenina, un cuadro, un graffiti en una pared) es su polisemia, la propiedad de poder abarcar varios sentidos. El texto es un concepto empírico: son los que existen de hecho.
El discurso, finalmente, es un concepto teórico. Es una construcción del analista. Es un recorte espacio-temporal de la semiosis social que nos permitirá ponerlo en relación con otros discursos.

¿Cómo analizamos discursos?
Podemos, a partir de comparar un discurso con otros, establecer dos tipos de análisis: en producción y en reconocimiento. En principio, los discursos se organizan  de acuerdo a la siguiente forma, según Verón:
En donde el discurso que el analista recorta será el discurso-objeto, y se relacionará con sus condiciones de producción y reconocimiento. A partir de esto, podemos hacer los análisis en producción o en reconocimiento.

Análisis en producción
Las condiciones de producción se definen como restricciones que dan cuenta de la generación del discurso que se analiza, es decir el discurso-objeto. Son otros discursos anteriores.
Para hacer un análisis en producción se relevarán marcas, que son propiedades significantes en la superficie textual, que como tales no están relacionadas con otras. Esto quiere decir que por sí mismas no constituyen operaciones, que son relaciones entre marcas.
Una vez que la relación entre una marca y otra presente en las condiciones de producción de un discurso-objeto (una operación) está identificada, podemos hablar ya no de marca, sino de huella. El análisis en producción supone, entonces, la búsqueda de marcas que relacionen, en tanto huellas, al discurso-objeto con sus condiciones de producción.

calendario académico

-Segundo parcial de comisión: viernes 1 de julio a las 17 y 19 hs.

-Parcial recuperatorio de comisión (ausentes por enfermedad, por otros parciales, sin justificativo y desaprobados o bajo promedio): viernes 8 de julio.

único horario para las dos comisiones: 18,30 hs.

miércoles, 22 de junio de 2016

LOS SUBJETIVEMAS


Lo que nos interesa son los usos individuales del código común y nuestra problemática es la siguiente: cuando el sujeto de la enunciación debe verbalizar un referente determinado, sea real o imaginario, debe seleccionar ciertas unidades tomándolas del repertorio léxico y sintáctico que le propone el código, optando por dos tipos de formulaciones:

a)    un discurso objetivo, donde intenta borrar toda huella del enunciador individual. Desde nuestra perspectiva, "pretender la objetividad" significa
"tratar de borrar toda huella de la presencia en el enunciado del sujeto de la enunciación.

b)    un discurso subjetivo, en el que enunciador asume explícitamente su opinión, como en los ejemplos:
-       “me parece horrible”, o bien se reconoce implícitamente como fuente evaluativa de la información: “esto es horrible”;
-       en un manual de geografía destinado a los alumnos del curso elemental, el capítulo referido a "Francia" no se titula así sino "Nuestra dulce Francia". Esta fórmula está doblemente marcada subjetivamente, si se la compara con "Francia", más "normal" en este contexto enunciativo (discurso con pretensiones científicas):

1) por el uso del deíctico, que implica que es un enunciador francés quien se dirige a los francesitos (señalando el contexto que se trata de un "nuestra" inclusivo);

2) por la utilización del adjetivo afectivo-axiológico "dulce", que enuncia un juicio de valor y un compromiso emocional del hablante respecto del objeto denotado.

A diferencia de los términos objetivos, cuya clase denotativa tiene contornos relativamente estables, la de los términos subjetivos es un conjunto fluido: la pertenencia de x a la clase de los profesores, de los solteros, de los veteranos o aun de los objetos amarillos es admitida o rechazada más unánimemente —y puede verificarse con mayor facilidad— que su atribución a la clase de los imbéciles o de los objetos de arte.

Los rasgos semánticos de los elementos léxicos que pueden considerarse subjetivos son:
-afectivos
-evaluativos.

Estos últimos se dividen en dos tipos:
a)    axiológicos, como el rasgo bueno/malo que afecta al objeto denotado;
b)    modalizadores, que atribuyen un rasgo del tipo verdadero/falso, también en cierta forma axiológico, puesto que “verdadero” implica “bueno”.

Pueden considerarse los elementos léxicos en sus clases tradicionales, para observar cómo se realizan lingüísticamente estos rasgos.

  1. sustantivos
La mayor parte de los sustantivos afectivos y evaluativos son derivados de verbos o de adjetivos, por lo que los consideraremos en el análisis de este grupo, como amor/amar o belleza/bello. Existen, sin embargo, un cierto número de sustantivos no derivados que se pueden clasificar dentro de los axiológicos como peyorativos (desvalorizadores)/elogiosos (valorizadores).

a)    el rasgo puede estar representado en un significante mediante un sufijo:
-acho: comunacho
-ete: vejete
-ucho: pueblucho
-azo: vinazo

b)    el rasgo axiológico está en el significado de la unidad léxica. No son fijos, sino que dependen de varios factores: fuerza ilocutiva, tono, contexto, entre otros. Por ejemplo:
“La casa de José es un tapera

Tapera tiene casi siempre el rasgo peyorativo, algo que no impide que alguien muestre su casa y diga. “¿te gustó la tapera?”, donde el rasgo puede ser elogioso mediante el uso de la ironía. Otros ejemplos de rasgo peyorativo: “Tu auto es una cafetera”, “Mi jefe es un perro”, “Pedro es un pescado”. Ejemplos de rasgo elogioso: “Eso es un hombre”, “Juan es un león”, “Tenés flor de bulín”.

2. adjetivos

Se pueden dividir según los siguientes rasgos:

a)    afectivos: además de una propiedad del objeto, enuncian una reacción emocional del hablante respecto de él, como por ejemplo: “Fue una  escena terrible” o “Es un pobre hombre”

b)    evaluativos axiológicos: además de la referencia a la clase de objetos al que se atribuye la propiedad, al sujeto de la enunciación y sus sistemas de evaluación (ético y/o estético), aplican al objeto un juicio de valor, como por ejemplo: “Se dirigió a mí un hombre ambicioso

c)    evaluativos no axiológicos: implican una evaluación cualitativa o cuantitativa del objeto, sin enunciar un juicio de valor ni un compromiso afectivo del locutor. Su uso es relativo a la idea que tiene el hablante de la norma devaluación para la categoría de objetos, como por ejemplo: “Esta casa es grande” o “este camino es largo”.

adjetivos objetivos: “Juan es soltero/casado”, “Este perro es macho/hembra”, “Este auto es verde” (adjetivos de color)
adjetivos subjetivos afectivos: “Dijo algo desgarrador”, “Francisco es alegre”, “Lo que hizo fue patético”.

adjetivos subjetivos axiológicos: “Me gustan las películas buenas/malas”, “Es una persona linda/fea”, “Lo que hizo es incorrecto”

adjetivos subjetivos no axiológicos: el uso de grande/pequeño, cercano/lejano, caliente/frío, abundante/escaso, etc.

3. verbos

Algunos verbos están marcados subjetivamente de forma muy clara, por ejemplo “gustar”, “desear” o “pretender”.
La evaluación puede referirse el proceso denotado, al alocutario o al no-alocutario: “dejate de rebuznar”, “Pedro chilló de lo lindo”.

-verbos de decir
Cuando el emisor no prejuzga de la verdad/falsedad de los contenidos enunciados, se encuentran verbos del decir: afirmar, declarar, comunicar: “Juan afirmó que Pedro tenía razón”.
Cuando el emisor toma posición se encuentran verbos del tipo pretender, confesar, reconocer, especular, etc.: “Juan confesó que Pedro tenía razón”

 -verbos de juzgar
Cuando el emisor emplea la estructura “Juan critica a Pedro por lo que hizo” está admitiendo como verdadera la proposición “Pedro es responsable de haberlo hecho”.
Cuando el emisor emplea la estructura “Juan acusa a Pedro por haberlo hecho” no se pronuncia sobre la verdad de esta imputación.

-verbos de opinión
Enuncian una actitud intelectual del enunciador frente a lo que enuncia: “Me imagino que a Pedro no le va a gustar”, “Supongo que ya lo debe saber”

4. adverbios

Los más importantes de los adverbios son los modalizadores. Se pueden clasificar de la siguiente manera:

a)    modalizadores de la enunciación o del enunciado
1. de la enunciación: remiten a una actitud del hablante con respecto a su enunciado: “Francamente, no sé si vendré mañana”
2. del enunciado: remiten a un juicio sobre el sujeto del enunciado: “Posiblemente, Juan no lo sepa”.

b)    modalizadores que implican un juicio
  1. de verdad: “Quizás pueda curarse pronto”, “Sin duda esto terminará rápido”.
  2. sobre la realidad: “En efecto, Juan no vino ayer”, “De hecho, estuve totalmente equivocado”.

Por último pueden mencionarse los adverbios restrictivos y apreciativos:

Apenas me alcanzó para hacer la torta”, “Resultó casi perfecto”.




miércoles, 15 de junio de 2016

ENUNCIACION Los conceptos de "transparencia" y "opacidad"

Dominique Maingueneau en "Introducción a los métodos de análisis del discurso" explica que la operación de otorgarle transparencia  a un texto consiste en eliminar la ambiguedad, al transferir, como efecto discursivo, la enunciación del emisor al receptor: éste se identifica con el sujeto de la enunciación que se "borra" o diluye, como si fuera el receptor mismo el que emitiera el discurso. Como ejemplos de transparencia en el discurso pueden mencionarse el discurso pedagógico y sus diversos géneros discursivos: el libro escolar, la entrada de enciclopedia, el artículo de divulgación, como así también los proverbios, las fábulas con su moraleja, entre otros.


Respecto de la opacidad, este fenómeno enunciativo se caracteriza por ejemplo en la poesía lírica, donde el lector asume enunciados cuyas significaciones no le pertenecen y requieren esfuerzos de interpretación, debido a su carácter ambiguo o especializado. También el discurso científico posee rasgos de opacidad discursiva.

sábado, 11 de junio de 2016

más sobre ENUNCIACIÓN y DEÍCTICOS

Referencia y deixis

 Imaginemos que encontramos un papel en el suelo con el texto que aparece en (9):
  • (9) Te espero mañana donde siempre


Como hablantes nativos del español, conocemos todas las palabras que aparecen en ese mensaje y somos capaces de caracterizar su significado sin especiales dificultades. Aun así, fuera de todo contexto o situación, nos veremos obligados a admitir que no sabemos a qué se refiere el mensaje ni cuáles pueden ser sus implicaciones. Y es que, para poderlo dotar de todo su contenido, nos falta información, al menos, sobre los siguientes aspectos:
  1. ¿Quién es el yo que promete esperar?
  2. ¿A quién va dirigido el mensaje?
  3. ¿Cuándo es mañana?
  4. ¿Dónde es donde siempre?
Sin conocer todos esos datos, no podemos decir que estemos en condiciones de interpretar el mensaje hasta sus últimas consecuencias.
(de "La pragmática", de  M. V. Escandell)

ENUNCIACION y Polifonía

El concepto de polifonía recubre las variadas formas que adopta la interacción de voces dentro de una secuencia discursiva o de un enunciado.


Ruptura isotópica, estilística  Un determinado estilo o género es a menudo quebrada por la irrupción de fragmentos que remiten a variedades estilísticas distintas. Su presencia en un mismo espacio textual genera por contraste diversos efectos de sentido y pone de manifiesto los juicios de valor asociados a las variedades en juego.

Intertextualidad  Se designa, en sentido restringido la relación que se establece entre dos textos, a partir de la inclusión de uno en otro en forma de cita o alusión. Este juego intertextual apela a la competencia cultural e ideológica de los receptores

Enunciados referidos: discurso directo/indirecto  En el discurso directo (DD) la frontera entre el discurso citado y el citante es nítida; en los textos escritos está marcada a menudo por los dos puntos, comillas o guiones y en los enunciados orales por rasgos suprasegmentales como juntura a tono, el discurso citado conserva las marcas de la enunciación. Mientras que el discurso indirecto (DI) pierde su autonomía, se subordina al discurso citante y éste borra las huellas de la enunciación
  El DD produce el efecto de fidelidad, el que habla o escribe, reproduce textualmente las palabras
  El DI en la medida que no conserva la materialidad del enunciado, supone una interpretación del discurso del otro, una versión del mismo, una síntesis, poniendo sus posiciones ideológicas.

Las comillas:  Constituyen una de las marcas para señalar en los textos escritos una secuencia directamente referida.
  En los enunciados referidos indirectos permiten mantener y realzar los rasgos verbales propios del enunciador del discurso citado.
  Las rupturas isotópicas pueden estar marcadas por comillas. Sirven también para que el sujeto de la enunciación establezca distancia respecto de un término o sintagma que remite a una instancia enunciativa con la cual no se identifica.

La contaminación de voces  Con los nombres de conjunción discursiva o hibridación se designan las distintas formas que adopta la contaminación de voces dentro de una secuencia discursiva. La ausencia de signos gráficos o de las marcas de subordinación habituales permite un contacto fluido entre el discurso citado y el citante, llegando incluso a integrarlos dentro de un mismo enunciado

Las citas
  El discurso argumentativo no sólo presenta las huellas del dialogo con el otro y consigo mismo, sino que también muestra el trabajo con los otros textos. Los fragmentos que se insertan pueden cumplir diversas funciones. Las citas epígrafes, señalan la pertenencia a un determinado universo discursivo o las grandes orientaciones del texto, textos literarios y académicos, se coloca entre el titulo y el texto, a veces como la palabra de otro, anuncia de lo que se va a hablar.
  En ciertos textos las citas funcionan como “pruebas” dentro de un desarrollo argumentativo; cuando lo fundamental es la firma nos encontramos frente a las llamadas citas de autoridad. Se puede prolongar una cita para descalificarla, Se pueden introducir pequeñas reflexiones discordantes. O pueden utilizar las palabras de otro en su contra, de allí el nombre de cita boomerang


Otras formas de dar la palabra  El discurso explota constantemente de dar la palabra a personas que no son la persona que habla es decir a personas distintas de la que produce efectivamente el enunciado. Ejemplo: "¿Por qué estoy aquí? Por que me gusta". El locutor es el destinatario.
  Negación:”no son corruptos todos los políticos”, siempre se tiene algo afirmado y algo negado.
  Ironía: inversión del sentido. Ejemplo: "Era un general tan valiente que huyó de la batalla."
  Concesión: se introducen los nexos "aunque" o "pero". Ejemplo: "Aunque parezca decidido, en realidad tiene miedo". "Juan será bueno, pero tonto".
  Refranes: el locutor no es responsable directo por la afirmación.

ENUNCIACION y tiempos verbales


DEICTICOS

TIEMPO

  En un enunciado, expresar el tiempo significa localizar un acontecimiento sobre el eje antes/después con respecto a un momento temporal (T) que puede corresponder a:
1- Una determinada fecha tomada como referencia en razón de su importancia histórica para una determinada civilización (el nacimiento de cristo por ejemplo).
2- T 1, un momento inscripto en el contexto verbal: se trata entonces de referencia cotextual. Ejemplo: “Juan llegó dos días después”.
3- T 0, el momento de la instancia enunciativa: referencia deíctica. Ejemplo: “Juan llegó antes de ayer”.
  
Los tiempos verbales.
  
   Existen algunos usos de los tiempos verbales que generan perspectivas discursivas más o menos ligadas a la voluntad del hablante, según el entorno verbal que lo acompañen o el contexto en que se presentan.
  No basta con distinguir entre elementos deícticos y no deícticos, hay que tener en cuenta también el enfoque temporal, es decir, según cómo el tiempo sea considerado, se lo puede interpretar como una repetición (cuántas veces), un punto (puntual, menos extensión, cuándo: "Juan corrió") o una duración (mayor extensión, cuánto tiempo: "Juan corría").
   
Modalidad de enunciación: incorporan a los participantes y sus roles: 
-interrogativa: ¿Vino Juan?
-declarativa: Juan no ha venido
-exclamativa: ¡Cómo la quiere Juan a María!
-imperativa: Juan, queréme un poco
   
Modalidad de enunciado: 
lógica: Creo que va a llover. 
apreciativa: Siento que no se va a animar

Observaciones sobre casos temporales

  El discurso epistolar (carta): el yo es interpretado por la firma. El tú es interpretado gracias a la indicación en el sobre. Los deícticos espaciales y temporales se decodifican, gracias a la fecha y lugar de enunciación dada en la parte superior de la carta.
  El discurso científico: los textos teóricos son discursos que no parecen presentar, en la mayoría de los casos huellas de operaciones de determinación situacional. Puede aparecer un yo (que remite al autor), pero predomina el nosotros (autor + lectores). La segunda persona, generalmente está ausente. Los deícticos espaciales y temporales frecuentemente remiten a otras publicaciones. Como tiempo verbal predomina el presente con valor genérico.

Verbos: Presente y Futuro

  El tiempo presente es a su vez tiempo base del discurso definido por su coincidencia con el momento de enunciación, y término no marcado del sistema indicativo. Por eso es polivalente: posee tanto un valor deíctico que lo opone a los otros tiempos pasados y futuros, como valor no temporal, ligado a su forma cero del sistema (tiempo cero de la enunciación).
  
   El presente genérico: es una forma a-temporal no se opone al pasado ni al futuro: 
Ejemplo: textos teóricos, textos jurídicos.
  
El presente histórico: es el tiempo empleado en un relato, en lugar del pretérito indefinido. El locutor narra como si comentara, pero con esto pierde profundidad.

Valores modales del tiempo futuro


  La combinación de la primera persona con el futuro, es a menudo interpretable como un acto de promesa.
  La combinación de la segunda persona con el futuro, es generalmente comprendida como una orden, a veces como una predicción
  La asociación de la tercera persona con el futuro recibe en general tres tipos de interpretación modal: necesidad y a veces posibilidad. La necesidad puede corresponder según los casos a una predicción o a una orden.

Teoría de la Enunciación. Las huellas/marcas lingüísticas de la enunciación en el enunciado

La problemática de la enunciación se aboca a la búsqueda de los procedimientos lingüísticos con los cuales el locutor imprime su marca al enunciado, cómo se inscribe en él, implícita o explícitamente, y se sitúa en relación a su enunciado.


Estas marcas o huellas son, por una parte frases, palabras, o entonaciones particulares (entre otros indicios) que permiten analizar en un enunciado cómo el locutor selecciona, destaca, u omite entidades de la situación comunicativa, denominadas DEÍCTICOS. Por otra parte, también son marcas para ser interpretadas las valoraciones que el locutor hace del mundo, denominadas SUBJETIVEMAS, o también las valoraciones que destine a su propio discurso, afirmaciones, dudas, certidumbres, etc, designadas como MODALIDADES.

Un deíctico es una frase o una palabra, capaz de indicar la situación de enunciación de un hablante. Son ejemplos de deícticos algunos pronombres personales, demostrativos, adverbios, verbos, etc.

Los subjetivemas se expresan a través de ciertas frases y palabras, manifestando la valoración que el hablante realiza durante su enunciación, respecto de ciertos hechos u objetos del mundo, evaluación que puede ser positiva o negativa. Es así que cuando el sujeto de la enunciación debe verbalizar un referente determinado, al seleccionar las unidades léxicas que le posibilita el lenguaje, se enfrenta a dos opciones: o bien producir un discurso objetivo o bien un discurso subjetivo, en el que se asume explícita o implícitamente como fuente evaluativa de la información.

A partir de los rasgos semánticos, afectivo y evaluativo, de los elementos léxicos, se elabora una clasificación de subjetivemas: sustantivos peyorativos y elogiosos; adjetivos evaluativos y afectivos; adverbios modalizadores; verbos. En cuanto a los verbos, su análisis implica distinguir: ¿quién efectúa el juicio evaluativo?; ¿qué es lo que se evalúa?

En cuanto a las modalidades, éstas se encuentran estrechamente relacionadas con las estrategias enunciativas que provocan efectos de sentido. Se pueden distinguir tres grandes clases: modalidades de la enunciación, del enunciado y del mensaje. Las modalidades de la enunciación corresponden a una relación interpersonal, social y exigen una relación entre los protagonistas de la comunicación.

Cada enunciado puede recibir solo una modalidad de la enunciación: interrogativa, declarativa, imperativa o exclamativa. Las modalidades del enunciado caracterizan la manera en que el hablante sitúa su enunciado en relación con la verdad, la falsedad, la probabilidad, la certidumbre, la verosimilitud o en relación con juicios apreciativos: lo feliz, lo triste, lo útil, etc. Las primeras se denominan lógicas y las segundas apreciativas. Por último, las modalidades del mensaje tienen que ver con un valor modalizador de ciertas transformaciones sintácticas, como por ejemplo la transformación de un enunciado en voz pasiva o la relación tema-rema.

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El sábado pasado arrancamos. Nada nos detiene!!!
Venite el sábado que viene!
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domingo, 5 de junio de 2016

crónica del #NiUnaMenos 2016

"No es fácil escribir cuando los ojos quedan anegados intermitentemente. Da temor no poder hacerle justicia a la mezcla de emociones que se hace agua empañando el iris. Es necesario tomar distancia para contar, me digo, pero un día ni dos alcanzan para tomar dimensión del hecho histórico: lo que sucedió el viernes no fue conmemorativo, no se trató de un aniversario “a un año del #NiUnaMenos”; no. Fue la inscripción de una fecha en el calendario popular que enlaza el compromiso con los Derechos Humanos que supimos construir en este país a lo largo de décadas con las demandas del movimiento feminista, de mujeres y de las disidencias sexuales que no deja de mostrar vitalidad, creatividad, persistencia. Así, ajustando esos nudos se marchó el viernes, siguiendo la histórica trayectoria desde Congreso hacia Plaza de Mayo, una sola columna que mantuvo ocupada la traza entera del itinerario porque cuando la cabecera intentaba avanzar, las calles ya estaban tomadas hacia adelante por quienes no pertenecían a ninguna organización. Porque mientras algunas llegábamos a la pirámide de Mayo, todavía quedaban columnas que no habían podido salir de Congreso. “Como un 24 de marzo, es tal cual un 24”, me dijo al oído una amiga con la que alguna vez compartimos la sorpresa, hace 20 años, de estar en una marcha masiva citada a las 3 de la mañana para llevar, a la hora exacta del golpe, habeas corpus a la Justicia por cada uno y cada una de nuestros padres y madres desaparecidos. Y sí, el espíritu de las movilizaciones de cada 24 estuvo presente el viernes, por la variedad de fuerzas políticas, sindicales, sociales, estudiantiles y de derechos humanos que llenaron las calles, por esa mezcla de dolor por quienes ya no están con la alegría de constatar que juntos y juntas, tomando la calle, apropiándonos del espacio público, generando una voz colectiva que se articula con cada presencia, nuestro poder es insoslayable.
En la cabecera de la marcha, la bandera de arrastre fue sostenida por las manos de familiares de víctimas de femicidio y sobrevivientes de la violencia machista. Esa tela que tapa las piernas de quienes caminan adelante –aunque nunca la huella de sus pasos–, tenía impres as tres consignas: Ni Una Menos, Vivas nos queremos, El estado es responsable. Más de cien organizaciones en tres asambleas abiertas consecutivas las discutimos y las acordamos. Esa posibilidad ya habla de un triunfo, de una consolidación. Si el primer 3 de junio fue una sorpresa por la cantidad de gente que se apiñó en la Plaza de los dos Congresos y cientos de lugares en todo el país con una consigna lo suficientemente amplia como para que participaran grupos pro vida y militantes feministas, este 3 de junio dio cuenta de que es posible ajustar sentidos sin perder masividad. Que es posible que muchas banderas se agiten sin que se expulse a quienes no se quieren embanderar. Si el año pasado, la palabra aborto no pudo expresarse por el temor de que sea expulsiva, este año el acuerdo también fue que inmediatamente después de familiares y sobrevivientes marcharan la campaña contra la violencia hacia las mujeres y la Campaña Nacional por el aborto legal, seguro y gratuito; inmensas columnas que nuclean a muchas otras organizaciones haciendo visibles no sólo esos reclamos sino también lo fundamental de generar articulaciones. Los colores de estas campañas, violeta en el primer caso y verde en el segundo, se impusieron en la calle dando cuenta de que nuestra libertad y nuestra autonomía sólo es posible sin violencia machista y sin la violencia institucional que significa convertirnos en criminales cuando queremos decidir sobre nuestros cuerpos.
La emoción es la foto de un niño de siete años con un cartel que decía: “Ninguna mujer que entre a mi vida será menos que yo. Así me enseñaron”, la emoción es la mano de la madre de plaza de Mayo Mirta Baravalle sosteniendo la del padre de Carolina Alo, la joven muerta por las 113 puñaladas que le aplicó su novio cuando ella quiso terminar la relación. La emoción es ese “presente” que se repitió mil veces después de enumerar los nombres de tantas ausentes. Lo que abriga el corazón es ese bebe colgado de la teta de su madre con su propio cartel en su enterito: “A mí me crían antipatriarcal”. Las voces de las más jóvenes que no quieren ser valientes sino circular por la calle sin miedo, la mujer que se bancó toda la marcha con sus muletas, las que necesita desde que su ex marido la baleó en la puerta de la escuela de sus hijas, las polleras que se lucían en la columna de la Colectiva Lohana Berkins y que se levantaban para mostrar la inscripción que tenían en el reverso: “Mi cuerpo, mi deseo”, el sol que calentó los ánimos desde temprano después de un jueves de lluvia y un sábado también mojado que volvieron increíble el intervalo de cielo celeste y feminista que nos albergó a todas, a todos. Las fotos aéreas que no dejan mentir la masividad de la convocatoria, la música que se instaló en la plaza mientras seguía llegando las columnas, un restorán entero cantando a voz en cuello “Ni una menos, vivas nos queremos”. De todo esto y más, se trata la emoción que perdura.
¡Vivas nos queremos! Es más que una consigna, es anclarnos con fuerza en nuestros derechos, es acompañar el duelo por las que ya no pueden gritar sin renunciar al deseo, a soñar otros mundos, a bailar, a perdernos en tantos abrazos porque esto que sucedió el viernes lo hicimos todas, lo hicimos todos. No estamos suplicando que no nos maten. Estamos afianzándonos en la vida, en nuestras elecciones, en nuestra particular manera de ser y de estar en el mundo por fuera de mandatos y juicios. Nos queremos vivas, nos queremos libres, nos queremos desafiantes de esa imposición de modelos asfixiantes de belleza, de familia, de un modo supuestamente correcto de amar o de gozar. Este deseo en movimiento que el viernes tomó la calle es todo un augurio: nuestros hijos y nuestras hijas, si persistimos, disfrutarán de horizontes mucho más amplios que los nuestros.
Fue la primera marcha verdaderamente unitaria de todo el arco político por fuera del oficialismo. El macrismo no marchó. Y no sólo eso: aunque en las estaciones de subte los carteles luminosos amanecieron con la consigna #NiUnaMenos y el mismo jefe de gobierno de la Ciudad se había sacado la foto con el hashtag, el tránsito no se cortó para proteger la seguridad de las más de cien mil personas que marcharon –¿O eran casi 200 mil?– y al cruzar la 9 de Julio la tensión se convirtió en peligro cuando un colectivo de la línea 17 quiso apurarse para cruzar por un pequeño hueco entre una columna y otra. Hubo mujeres poniendo el cuerpo para frenar el tránsito, llegaron también algunos varones en su ayuda; pero las fuerzas de seguridad no aseguraron casi nada. Queda claro a esta altura del gobierno de la Alianza Cambiemos que la desmovilización es uno de sus anhelos. El silencio de los medios hegemónicos suele ayudar en esta tarea, a modo de ejemplo basta enumerar el ninguneo, la indiferencia hacia la movilización en defensa de las universidades públicas que leyendo Clarín o La Nación pareció no existir. Con el 3 de junio pasó lo mismo hasta el último momento, ya no parecía conmover a todos y todas como el año pasado el asesinato de mujeres –y travestis y Trans, aunque esas vidas tengan menos peso todavía en la agenda emocional en general y en la de los medios en particular– por causas relacionadas con su género. Y, sin embargo, las calles se llenaron, las redes empujaron lo suyo y el boca a boca también. Si el 3 de junio de 2015 nos transformó de alguna manera a quienes estuvimos ahí, esa transformación quedó como un tatuaje en la piel y hasta rompió el cerco mediático. Ayer, todos los diarios tuvieron en tapa la masiva movilización.
“Acá estamos la Concha de tu hermana y la puta que te parió exigiendo respeto”, contundente, irreverente, certero como una flecha el cartelito. Hace alusión a esos insultos enquistados en donde está enquistada la violencia machista pero haciéndose invisible de tan repetida. Devolviendo el favor de mentar nuestras partes como insulto o aludir a la sexualidad de la madre para ofender el honor del hijo. Hubo muchos ejemplos de ese tono airado. “Puta pero no tuya”, decía otro cartel por ahí y se repitió aquel del “con pollera o pantalón, respeto cabrón”. La marcha fue pacífica, los cuidados de las y los manifestantes estuvieron en su gran mayoría en manos de mujeres de cada organización. Pero pacífica no quiere decir sumisa, pacífico no tiene nada que ver con pacatería ni con supuesta corrección política. La rabia también estuvo presente y es un gran antídoto contra el miedo y la victimización que suele abundar cuando se tratan estos temas y se pide, por ejemplo, a los varones que no golpeen porque las mujeres somos madres, hijas, hermanas. A ese supuesto el viernes se le dijo no, valemos por nosotras mismas, elijamos lo que elijamos, aún cuando no tengamos hijos, hijas o hermanos.
Es difícil abstraerse de mirar las fotos que circulan por las redes, difícil que las lágrimas emocionadas no acudan otra vez, para recordar las heridas propias, las que exhibieron los cuerpos que nos restan y que los medios suelen describir con más morbo que compromiso. El año pasado el NiUnaMenos redundó, entre otras cosas, en la movilización de decenas de miles de mujeres al Encuentro Nacional que sucedió en Mar del Plata. El final fue con represión y detenciones arbitrarias. A la vuelta de ese ENM una dirigente travesti fue asesinada, el nombre de Diana Sacayan se sumó al de las víctimas de violencia femicida o travesticida, como se nombró el viernes. Las tres nenas asesinadas en la última semana antes de la movilización ponen a fluir el agua de los ojos con más fuerza. Mucho se preguntó el viernes por qué los femicidios siguieron después de la histórica concentración del 3 de junio del año pasado. Y una respuesta en forma de repregunta acudió rápido: ¿Acaso el fin de la impunidad llegó después del primer 24 de marzo en democracia? Así de entroncados están los reclamos, los derechos humanos de las mujeres, travestis, Trans y lesbianas tienen ahora una fecha nueva. Persistir será nuestra tarea, por nosotras y por todxs. Por ese mundo otro que soñamos y al que no vamos a renunciar."
Marta Dillon

sábado, 4 de junio de 2016

comisión 14311: calificaciones 1er. parcial

ALVAREZ 7 siete
ANCAROLA 5 cinco
ARIENTE 4 cuatro
ARREDONDO 7,5 siete con cincuenta
BENITEZ 9 nueve
BOFFA 8,50 ocho con cincuenta
BOZZA 6 seis
BUEZAS 5,50 cinco con cincuenta
CARRIQUIRIBORDE 7 siete
CASCO 3 tres
CERVILLA 6 seis
COLONNA 6,50 seis con cincuenta
CUFRE 1 uno
DE MAIO 7 siete
DIAZ 5 cinco
DIAZ ACHULLI 2 dos
FERNANDEZ 3 tres
FLAIBAN 2 dos
GARABITO 3 tres
GONZALEZ 3 tres
GONZALEZ LAMAGNA 5 cinco
IARIA 6 seis
IPAS 7 siete
JIMENEZ 9 nueve
LASA 6,50 seis con cincuenta
LOPEZ 5,50 cinco con cincuenta
LOPEZ ACEBO 5,50 cinco con cincuenta
LOPEZ GONZALEZ 6 seis
MAGALLANES 6 seis
MAIDANA 5 cinco
MARTIN 6,50 seis con ciencuenta
MENDOZA 6,50 seis con cincuenta
ORTIZ 8 ocho
PAREDES 7,50 siete con cincuenta
PAVESE 8 ocho
PAVEZ 7 siete
PAZ 8 ocho
PEREZ BLANCO 6 seis
PONCE 6 seis
PORTILLO 6 seis
RUBIN 5 cinco
SODERO 8 ocho
TAGLIANI 5 cinco
TOLABA 4 cuatro
TOMELIN 4 cuatro
VEDIA 3 tres
BALAGNI 3 tres

comisión 14310: calificaciones 1er. parcial

ACEBEDO 7 siete
ACUÑA 3 tres
ALEMAN 8 ocho
ARCUSCHIN 9 nueve
BARBERO 4 cuatro
BERDUN 1uno
BRAGA 3 tres
BRITOS 6 seis
CENICOLA 5 cinco
DOMINGUEZ 5 cinco
FASCIO 3 tres
FLORES 8 ocho
FRANK 6  seis
GARCIA FELICE 8 ocho
GARCIA FIGUEIRA 5 cinco
LAMMERS 3 tres
LANCHEZ 3 tres
LARREA 6 seis
LINARES 3 tres
MOREL 2,50 dos con cincuenta
ROVELLI 6 seis
SEIJAS 6 seis
SOSA 4 cuatro
TAMBORENEA 6 seis
TARRAGONA 8 ocho
TONINA 7 siete
ZHOU 5 cinco
ZULATTO 4 cuatro

calendario académico

Segundo parcial de comisión: viernes1 de julio

Semana de recuperatorios de comisión (ausentes por

enfermedad, por otros parciales y sin justificativo y

desaprobados): viernes 7 de julio.

crónica del #Ni Una Menos 2015

“Basta de inseguridad familiar”, decía el estampado de la remera de una jovencita. “Justicia por Chiara”, decía el estampado de otra con foto de Chiara Páez incluida, y llevaba el texto y la foto como si ella misma fuera. Llegaban de todos lados. Llegaban de a dos, de a tres, de a muchas; lo difícil fue ver una sola. Muchas llegaron con chicos a upa, o en cochecito, colgados del hombro o de la mano y a pie. Algunas, llegaron embarazadas. Muchas, con sus amigos, con sus parejas. Muchas, pero muchas, chicas de escuelas. Llegaron bajo banderas y encolumnadas. O con carteles recordando algún caso. O muchas, la enorme mayoría, con un cartel o una hoja de cuaderno donde podía leerse, ya casi de memoria, el lema convocante Ni una menos. O con el nombre de una víctima que el periodismo aplasta bajo el apodo de “caso”. Cientos de miles de carteles, para decirlo de alguna manera no contable. Imposible dar una cifra que desde algunas miradas se acercó a los seis ceros, y desde otras, mucho menos. Qué importancia tendrá el número si la plaza del Congreso estaba henchida y la marea se extendía hasta y desde la 9 de Julio, y por Callao y por Entre Ríos, y por Rivadavia y las calles aledañas. Llegaron completamente desinteresadas del número de presentes. Lo que sí podía palparse en el aire que respiraban, en sus miradas, sus textos y sus gestos, fue la muy fuerte convicción de decir basta ya al número de sus muertas por el solo hecho de que fueron unas de ellas. Fue un acto caótico si se entiende como orden, al que existe, el que mata o permite que se mate. El documento, que un rato después leerán Maitena, Juan Minujín y Erica Rivas, lo confirmará doblado en vítores y aplausos.
A las tres de la tarde, el escenario que daba la espalda al Congreso y miraba hacia el largo de la Avenida de Mayo, presentaba un aspecto ajetreado. las organizadoras reunidas en grupitos charlaban, se movían, empezaban a recibir algunos familiares de víctimas de la violencia machista que irían ocupando un lugar dentro de un sector vallado al pie del escenario. Detrás, una de las dos pantallas de video todavía apagada, y de fondo los carteles en colores con los 5 puntos del documento cuyo contenido convocó al acto. Pero, toda la carga de adrenalina estaba puesta en lo que ocurriría una hora más tarde. No tanto cómo se desarrollaría el acto en sí, que ya había sido arduamente discutido, y consensuado en un clarísimo ejemplo de cómo alcanzar el punto de equilibrio entre tanta diversidad de opinión. No. La adrenalina estaba puesta en el allá del escenario, en la respuesta de las mujeres, de las pares, las iguales pero diferentes, las víctimas de la misma cultura, las potenciales víctimas que ya no quieren serlo.
Como se dijo, llegaron de todos lados. Y a media hora del inicio, acercarse al vallado previo al escenario ya era un imposible.
Marcada presencia de banderas políticas y de sindicatos que intentaron y lograron hasta el momento del inicio, colocarse en lugares preferenciales. “¡Bajen las banderas!”, gritaban enfervorizadas y desorganizadas, de a una, o en pequeños grupos, integrantes de la multitud, porque cualquiera podía situarse a esa altura, a 10 minutos de que iniciara el acto, a diez o quince metros del escenario y no saber si estaba, perdido entre tanto bombo, altoparlante cantando consignas de lo más diversas, banderas y carteles. “¡Bajen las banderas, que no se ve. Este acto no es de políticos ni sindicatos, es de todas!”, gritaban con coherencia. Digamos que al principio del acto, las banderas que tapaban la visión comenzaron a bajar. No fue un gesto de buena voluntad. El clamor, el pedido desde el escenario, y el consenso, lo lograron.
Mientras, al borde del vallado, la organización de Ni una menos lograba resistir la presión de algún que otro político, algún que otro famoso de la farándula, algún que otro periodista y alguna que otra amistad que, siguiendo el protocolo de cualquier otro acto, pedían pasar el vallado. Pero no se trató de cualquier otro acto.
“Disculpen las molestias, nos están matando”, llevaba estampado el texto en su remera con total desparpajo. Los cortes en la 9 de Julio, Avenida de Mayo sólo para peatones, Callao y Entre Ríos imposible, hacían supuestamente previsible la respuesta. ¿Escrito para la ocasión? “No. Ya estoy podrida que reclamen en cada corte que hacemos por una que nos matan, nos violan, o nos pegan. Y después un energúmeno corta la calle por un partido de fútbol y está todo bien.”
Pasadas las cinco, dos locutoras de entre las organizadoras comienzan a leer una lista interminable de adhesiones. A las cinco y algo, pasan el primer video y después otro, separado por una nueva secuencia de adhesiones leídas por las mismas locutoras. En ambos videos las imágenes representan fotos de adhesiones a la Ni una menos, y retratos de víctimas de la violencia machista.
Mientras la lectura de adhesiones y los videos, la muchedumbre de cuerpos agolpados que conformaban la multitud se movía y transformaba permanentemente. Siempre creciendo.
Así, llegaron las militantes trans, unas cuantas de luto por los femicidios, y con el lema “matar a una travesti también es femicidio”. “Sumamos nuestros cuerpos a la lucha contra todas las violencias a las que somos sometidas las feminidades trans, las lesbianas, las mujeres y las niñas”, dijo una de ellas, Vida Morant, directora académica del Bachillerato Popular Trans Mocha Celis.
A los bordes de la marcha, las bocas del subte A de las estaciones Congreso y Sáenz Peña, pero también todas las bocas de todas las líneas, y desde muy temprano, llevaba, la marca de la convocatoria en los carteles luminosos. Ni una menos. O los letreros de indicaciones de tránsito en las avenidas. Ni una menos.
“Es importante lo que dice el documento, pero lo más importante es lo que está pasando acá, con la gente en la calle”, dijo la actriz Erica Rivas, una de las voces que minutos más tarde leería el documento.
A las 17.40 Maitena, Juan Minujín y Erica Rivas subieron al escenario en ese orden. Dos minutos más tarde, Maitena empezaba la lectura del documento.
“En 2008 mataron una mujer cada 40 horas; en 2014, cada 30; esos 7 años, los medios publicaron noticias sobre 1808 femicidios. ¿Cuántas mujeres murieron asesinadas por ser mujeres en 2015? No lo sabemos. Pero sí sabemos que tenemos que decir basta. En estos años, los femicidios dejaron cerca de 1500 niñas y niños huérfanos y algunos de ellos están obligados a convivir con los asesinos. El problema es de todos y todas. La solución hay que construirla en conjunto. Necesitamos sumar compromisos para cambiar una cultura que tiende a pensar a la mujer como objeto de consumo y descarte y no como una persona autónoma.”
Dijo, además, cuando los aplausos le permitieron seguir, que “la palabra ‘femicidio’ es, además, una categoría política, es la palabra que denuncia el modo en que la sociedad vuelve natural algo que no lo es: la violencia machista. Y la violencia machista es un tema de Derechos Humanos”.
Dijo que el femicidio es “marcar los cuerpos de las mujeres violentamente, y como amenaza para otras: para que las mujeres no puedan decir que no, para que renuncien a su independencia”.
Y subrayó, específicamente, que “la violencia ejercida en el ámbito doméstico se vincula con cuestiones sociales que deben ser discutidas en la esfera de la política”. “Por eso, afirmamos el derecho a decir no frente a aquello que no se desea: una pareja, un embarazo (la sola mención arrancó un aplauso y gritos enfervorizados), un acto sexual, un modo de vida preestablecido”.
Mientras leía, la multitud se movía, crecía, gritaba, aplaudía. A unos 30 o 40 metros del escenario, un grupo de unas 30 mujeres entraron en escena a pura presión de sus cuerpos: entraron con los torsos desnudos y los rostros cubiertos con pasamontañas, al grito de “hay que matar a los machos violentos”. Obtuvieron más miradas de sorpresa que eco. Y se retiraron.
En el escenario, Juan Minujín leía su parte del documento: recordaba que “los femicidios no deben tratarse como problemas de seguridad. Y la lucha contra ellos exige una respuesta múltiple, de todos los poderes del Estado y todas sus instancias –nacional, provincial, municipal–, pero también precisa una respuesta de toda la sociedad civil”.
Minujín recordó la aprobación en 2009 de la Ley de Protección Integral de las Mujeres, la 26.485, número que se repetiría antes y después del acto en lecturas y comentarios críticos. Pero recordó que “todavía está pendiente la reglamentación de algunos artículos, incluido el Plan Nacional de Acción para la Prevención, Asistencia y Erradicación de la Violencia contra las Mujeres. Sin la reglamentación completa de la Ley, el diseño de políticas integrales y la asignación del presupuesto necesario para su instrumentación, esta herramienta resulta insuficiente”.
También mencionó la ausencia de un registro oficial de femicidios. “Los datos que mencionamos aquí son los que releva año tras año la Organización No Gubernamental Casa del encuentro. Es fundamental contar con estadísticas oficiales.” Y cargó sobre la acción del Poder Judicial como sostén de la violencia contra las mujeres. Sobre el sistema de doble denuncia, sobre el aporte de pruebas y testigos que depende sólo de las víctimas; impunidad para el agresor. Recordó que “muchas de las víctimas de femicidios habían denunciado antes y en reiteradas ocasiones al asesino”. Y dijo que el tratamiento de las víctimas por parte de los medios debe modificarse por completo porque “agitan el algo habrá hecho”.
Después, Erica Rivas leyó los puntos del reclamo: instrumentación de la 26.485; estadísticas oficiales; oficinas de Violencia Doméstica de la Corte en todas las provincias; garantías para las mujeres denunciantes y monitoreo electrónico a los victimarios; acceso a la Justicia, vinculación de causas civiles y penales; patrocinio jurídico gratuito; también para cumplir con los derechos de la niñez; creación de más hogares/refugio con asistencia interdisciplinaria; educación sexual con perspectiva de género; talleres para prevenir noviazgos violentos; capacitación al personal del Estado, agentes de seguridad y operadores judiciales.” Ovación, aplausos, completo consenso.
En algún momento, mientras la multitud comenzaba a disgregarse, Fabiana Tuñez, cofundadora de la ong Casa del encuentro y una de las organizadoras del Ni una menos comentó lo que entre todas las convocantes seguramente es el día después: “Desde mañana (por hoy), nos vamos a reunir con funcionarios y candidatos y esperamnos que todos los que se sacaron la foto entiendan que hay que llevar en concreto medidas. Y si no saben cómo hacerlo, que pidan ayuda. Vamos a ayudarlos”.
Horacio Cecchi